¿QUÉ REGALO HAS RECIBIDO EN ESTA NAVIDAD?

 ¿QUÉ REGALO HAS RECIBIDO EN ESTA NAVIDAD?


Estamos en una fecha muy significativa para todos los cristianos, muy esperada por todas las familias de nuestro país y en gran parte de los países del mundo. La costumbre en la mayoría de la sociedad, es la preocupación ¡qué regalo recibir o qué regalo entregar a los seres queridos! 


Y tú, ¿qué regalo estás esperando? ¿Qué regalo quisieras recibir en esta Navidad? 


Todos los regalos que podemos recibir en esta tierra se acaban, nada es para siempre. Sin embargo, ¿qué regalo es lo más significativo y precioso, que dura para siempre? ¡El regalo de la salvación! ¡Dios envió a su único Hijo! ¡Él vino como un niño, para rescatarnos del castigo eterno! Su nacimiento fue anunciado por los ángeles: “Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.” (Lucas 2:11).


¡Ese es el mensaje central de la Navidad! Lo que hace maravilloso de la Navidad, es: ¡El amor y el favor de Dios, para con nosotros!: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: DIOS CON NOSOTROS.” (Mateo 23; Isaías 7:14).


La Navidad es mucho más que una fecha en el calendario; es un tiempo de reflexión, gratitud y renovación espiritual. Esta celebración, profundamente arraigada en la fe cristiana, nos invita a recordar el regalo más grande de todos los regalos: el nacimiento de nuestro Salvador, Jesucristo, quien trajo luz al mundo y esperanza a nuestros corazones. 


Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. (Isaías 9:6). Este pasaje nos recuerda la grandeza del amor de Dios que nos dio un regalo en su Hijo Jesucristo (Juan 3:16). En medio del bullicio de esta temporada, es importante dirigir nuestra mirada al verdadero significado de la Navidad: “Celebrar la llegada del Salvador al mundo”. 


Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.  Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” (Lucas 2:1-7). Estos textos, nos hacen recordar que Jesús no vino con lujo ni ha nacido en un palacio, sino humildemente en un pesebre, mostrando que el amor de Dios es para todos y no solo para un sector de la sociedad, llevando luz y esperanza a toda la humanidad.


La Navidad también es una oportunidad para dar gracias a Dios. Muchas veces ni nos damos cuenta, que todo lo que recibimos son bendiciones de Dios que ya hemos recibido. La palabra de Dios nos anima a que seamos agradecidos en todo momento de nuestra vida, por todas las bendiciones que hemos recibido y el regalo más grande: La vida eterna. Eso es lo que nos dice el Apóstol Pablo, al escribir a la Iglesia de Tesalónica: “Dad gracias en toda situación, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.” (1 Tesalonicenses 5:18). 


La paz, es otro de los grandes mensajes de la Navidad. En un mundo lleno de convulsiones y conflictos, el versículo que a continuación vamos a leer, nos recuerda la paz que los ángeles proclamaron en el nacimiento de Cristo. Esa paz no es solo la ausencia de problemas, sino una armonía profunda en nuestros corazones que nos ayuda a tener buena relación con nuestro prójimo. Eso es lo que dijeron los ángeles, en la noche del anuncio: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.” (Lucas 2:14).


La Navidad es un tiempo de esperanza, amor y fe. Es una invitación a redescubrir el verdadero significado de esta celebración de la Navidad, recordar el nacimiento de Jesús como el centro de todo este festejo. Que esta Navidad sea una oportunidad para vivir el mensaje de amor y paz que el Salvador trajo al mundo, llevando su luz a todos los que nos rodean.


El propósito de la navidad sea, como único regalo precioso, invitando a Jesús a nuestras vidas, decirle: “Jesucristo, mi salvador, hay lugar para ti en mi corazón, en mi familia y en mi casa.” La llave que abre la puerta de la bendición para el nuevo año, es Cristo. Él es el mejor regalo que puedes recibir. Entrégale tu vida y entendiendo que la Navidad es más que una fiesta, es salvación, es Jesús y Él tiene buenas noticias para ti, tiene paz, gozo, no esperes más…


Jesús es el regalo para todo el mundo, hoy hay esperanza para aquella persona que dice: “Para mí no hay salvación.” A esa persona, Jesucristo le dice: “… el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10). Recibe hoy ese hermoso regalo. ¡FELIZ NAVIDAD! Dios ilumine tu corazón con Su infinito amor, para que el próximo año comiences con la bendición de Dios y todos tus proyectos se cumplan. Amen. 



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