CARTA PARA MAMÁ

                                               CARTA PARA MAMÁ


Llegó el día más importante de nuestro calendario de festejos, el agasajo a nuestras madres, quien nos trajo a este mundo, nos cuidó y sigue luchando por nuestro bienestar. Es una de las fechas más importantes de la sociedad y la familia. Es la fiesta que todos deberíamos celebrar con entusiasmo. Porque, cuando ya no están en esta tierra, ya no sirve cualquier esfuerzo para celebrar.


La palabra de Dios dice: “Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas.” (Proverbios 31:29); “La mujer sabia edifica su casa...” (Proverbios 14:1); ¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas?...” (Isaías 49:15).


En esta oportunidad, comparto con ustedes una hermosa carta, escrito por mi nieta: Sofía Nataly Villegas Cerezo. Me siento un abuelo bendecido y orgulloso:


“Mamá la primera palabra que aprendí a decir, la que no puedo parar de repetir y la que necesito al despertar y antes de dormir. siempre estás ahí, aunque no pueda verte, estás escondida en alguna parte de la casa velando por mí, siempre te vi detrás de la ventana esperando curarme las rodillas raspadas, gracias a eso cada vez que me siento sola siento que me cuidas, aunque no estés ahí. 


Has sido lo más inquebrantable que he tenido en mi vida, estuviste fuerte y bien parada, recibiendo golpes que la vida te ha mandado, cuidando a mis hermanos y a mí, dándonos golpes de realidad cada vez que nos desviábamos, el refugio de los miles de tormentas que me tocó vivir, tú mi escudo antibalas, mi hogar. 


Estoy orgullosa de llamarte mamá, de llamarte cada vez que te necesito y no sabes lo agradecida que estoy con Dios por haberte traído a este mundo, estoy agradecida por más cosas, pero todas son contigo, estoy agradecida de que no te rindieras, de que sigas luchando día a día, por el bienestar de tus hijos, y casi puedo entender lo cansada que puedes estar, pero aún así tienes fuerzas para seguir luchando, nunca nos dejaste por más que te lo pidiéramos, por más que las circunstancias te obliguen a dejarnos, tal vez nuestros malos tratos, y nuestros malos actos, pero siempre te quedaste, porque sabías que volveríamos con un perdón, y vaya que le atinaste. 


Te amo con cada uno de tus errores, y con cada pedacito roto que llevas ahí dentro, déjame sanar todo eso, yo puedo, es fácil porque tú sanas todo dolor con un abrazo y con un besito en la frente, pues ven, te doy todos los abrazos y besitos que necesites, solo quiero que sepas que nunca estarás sola, abrázame sin previo aviso, abrázame cuando el mundo se te caiga que yo estaré contigo, no digas nada con un abrazo basta. 


Siempre me dijiste que haga lo que haga me amarías igual, que nada iba cambiar, pues yo supe que decías la verdad desde que me llevabas en tu vientre y decías que me amabas y que me ibas a cuidar, si te escuchaba, pero tú ya lo sabías, cuando me miras y me dices te amo vuelvo a ese lugar tan seguro, ese lugar que da paz, solo quiero recostarme en tu pecho cerrar mis ojos y esperar a que ese momento sea eterno, aunque cada momento contigo lo es. 


Me decías que nadie es perfecto, pero la definición de perfección eres tú mamá, sigues siento la mujer más perfecta en cada soplo de velas, eres todo ese conjunto de magia que el universo reúne para crear otra galaxia, eres ese alguien a quien nunca dejaré de llamar "MAMÁ" por más que tenga 50 años ahí me tendrás recostada en tus piernas pidiéndote otro cuento más…


Gracias por todo mamá.” 


Para terminar este pequeño mensaje, vamos a leer Ezequiel 19:10, dice: “Tu madre era como una vid plantada junto a la orilla del agua. Su follaje era verde y frondoso por la abundancia de agua.” (NTV).


Esta semana celebramos el día de las madres, verdaderamente es un día muy especial para honrar y bendecir a esas mujeres valientes y esforzadas, que son de gran bendición para la vida de cada uno de nosotros y de nuestras familias.


En estos días siempre recordamos la fortaleza de nuestras madres, su valentía, su amor, su arduo trabajo, y reconocemos que nuestras madres han sido como lo dice el texto que hemos leído para comenzar como una vid plantada junto a las aguas, fuerte, que da frutos, y siempre siendo de bendición.


Entonces, todos los días del año: “Honra a tu padre y a tu madre. Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: Si honras a tu padre y a tu madre, te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra.” (Efesios 6:2-3 NTV). El día de la madre, que no sea solo un día; regalemos 365 días de alegría, 12 meses de amor y disponer toda nuestra vida para hacerle feliz. Amén.




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