¿ERES INGRATO PARA TUS PAPÁS?
¡HIJOS IGRATOS CON SUS PADRES!
El 6 de Junio, al leer el Devocional: “Cada día con Dios”, nos hemos dado cuenta que hemos sido ingratos de alguna manera con nuestros padres, no hemos cumplido como dice el cuarto mandamiento, como Dios quiere que lo hagamos…
Como humanos desde la caída al pecado por los primeros hombres (Adán y Eva), tenemos la tendencia de rebelarnos contra todo lo que sea orden, o que sea ordenado por Dios. Tendemos a hacer lo contrario a lo que Dios nos pide. Nuestro ser se opone a todo lo que sea orden. Por eso necesitamos un corazón nuevo, que solo Jesucristo puede darnos, para tener paz y estar bien con Dios y con nuestros progenitores.
¡Cuántos padres ancianos abandonados por sus hijos! Muchos consideran estorbos a sus propios padres... Para entender mejor nuestro mensaje de hoy, voy a contarles el dolor de un padre que escribió una carta a un hijo ingrato y dice:
“Estoy aquí viejo y solo recordandote hijo mío de aquellos tiempos cuando eras un niño, cuando me acompañabas a la labor aquí en el rancho y me decías que me querías mucho y que tenías miedo de que algún día me pasará algo malo o que yo muriera porque tú llorarías mucho...eras un inocente…
Aquí creciste a como pude luche por sacarte adelante y te di estudio ante la falta de tu mama que se fue al cielo dejándonos solitos… hoy eres un profesionista!
Un día te fuiste de aquí en busca de otros horizontes y partiste hacia una lejana y extraña ciudad, se que te ha ido bien, que tienes una casa grande y lujosa, un carro nuevo, también que te casaste y tienes hijos eso me han dicho…
Ahora yo solo espero que un día te acuerdes de mi y regreses a visitarme no me quiero morir sin volverte a ver, recuerda que tu eres ser de mi ser y yo te amo. ATTE: Tu papá.”
En esta vida todo lo malo que hacemos, la vida misma nos cobra con creces. Nadie escapa de esta verdad, eso es lo que tenemos que entender es lo que también dice la palabra de Dios: “No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado.” (Gálatas 6:7 TLA).
El gran dolor y sufrimiento; intranquilidad y falta de sosiego; aflicción o congoja, ¿será a consecuencia de la desobediencia al cuarto Mandamiento? ¡Esto nos hace reflexionar! ¿Verdad? Cuando nadie quiere obedecer o someterse a sus padres, la vida se torna muy difícil de transitar… Por ejemplo, cuando todos quieren mandar e imponer su voluntad, se producen conflictos, enemistades y muchos otros males. En el hogar en el que los hijos se rebelan contra sus padres, no es agradable para nadie, hay discordia, conflictos. A veces este conflicto lleva al derrumbe familiar y a la ruina.
Pero donde los hijos se someten a las ordenanzas del Señor, en obedecer humildemente a sus padres y piensan en cumplir sus obligaciones en el lugar y en la situación en que el Señor las ha colocado, allí abundan las bendiciones, el bienestar y la paz. Así pues, la felicidad terrenal normalmente depende de tomar en cuenta los consejos de Dios… Cuando en las personas reinan las razones naturales como requisito para la felicidad terrenal, pierden completamente la bendición y la paz de Dios.
Tal vez me estás preguntando: Si mis padres son los que provocan o quieren que hagamos en contra de Dios, ¿vamos a seguir sometiendonos? (Efesios 6:4). Es verdad, que muchas veces escuchamos que son los padres quienes provocan y les guían por el mal camino. En este caso es necesario buscar ayuda, para que no ocurra, como en muchos niños jóvenes han sido sometidos a la violencia.
No olvides nunca, entre nosotros vive y reina Dios, creador del cielo y la tierra; que ve, que conoce y dirige tan cuidadosamente las vidas de sus hijos; la palabra de Dios dice, que no cae a tierra ni siquiera un pajarillo, sin su voluntad (Mateo 10:29).
Dios nos ha dado el cuarto Mandamiento para honrar a nuestros padres, y adjuntó una promesa; nuestro bienestar no sólo depende de las consecuencias naturales. Es una decisión de Dios que quienes honran debidamente a su padre y a su madre, recibirán bendiciones terrenales (Efesios 6:2-3).
En esta vida, hemos visto muchos ejemplos y pruebas que existe un factor sobrenatural, hijos obedientes aún sin profesión alguna, han prosperado en gran manera. ¿Algo curioso, verdad? Un misterioso Dios que está viendo todo ha premiado a esas personas maravillosas que su primer preocupación fue honrar a Dios y a sus padres que les dió la vida.
Pero, existen personas con una profesión increíble y no tiene paz y tranquilidad en el corazón. Esto nos hace pensar que Dios sí cumple, cuando dice “les irá bien.” Muchos con grandes dones para progresar, no lo tienen. Nos preguntamos: ¿Algo falta? ¡Reflexionemos todos los hijos! ¡Hoy pueden comenzar a honrar como lo quiere Dios! Si no sabes cómo, acude a Jesucristo, es Él quien va a poner el amor verdadero en tu corazón.
El famoso reformador Martín Lutero, dijo: “El hijo que no quiere oír la bondadosa voz de sus padres y maestros, oirá la severa voz de su verdugo, que habla con tanta violencia, que separa la cabeza del cuerpo”. El hijo rebelde desprecia el buen consejo de sus queridos padres, maestros o de otra gente experimentada en la vida. Es entonces, cuando Dios procede, será en forma menos amable, porque Él está viendo y cumple su sentencia y también premia con muchas bendiciones a los hijos que obedecen.…
Dios puso a los padres como bendición para los hijos. Los hijos no hemos elegido a nuestros padres, por medio ellos vinimos a esta vida y el amor más puro hemos recibido de ellos. ¡Qué bendición tan grande tener a nuestros papás, ¿Verdad?!
Si no queremos escuchar a Dios a través de nuestros padres, la dura realidad de esta vida nos enseñará. Nos guste o no nos guste, el Señor Todopoderoso ciertamente cumplirá su palabra. Si obedecemos y respetamos a las personas que colocó sobre nosotros, nos recompensará abundantemente, con toda clase de beneficios.
Termino con un consejo muy importante para tomar en cuenta, porque son dichosos los hijos que todavía viven sus padres… Hoy, aprovecha para honrarlos, alegrarlos y amarlos… Y escucha el consejo de Dios, dice: “Querido jovencito (jovencita): Atiende a tu padre cuando te llame la atención, y muestra respeto cuando tu madre te enseñe. Sus enseñanzas te adornarán como una corona en la cabeza, como un collar en el cuello.” (Proverbios 1:8-9 TLA). Amén.
Comentarios
Publicar un comentario