¡DE TAL MANERA, ME AMA!
¡DE TAL MANERA, ME AMA!
Una de las hermosas experiencias que he visto, es la protección de las gallinas a sus pollitos: Cuando ven venir el peligro, sea un animal al acecho o un incendio, enseguida cacarean y empiezan a llamar a sus polluelos y abren sus alas para protegerlos. Prefieren morir ellas con tal de salvar a sus hijitos.
Un granjero en cierto lugar, tuvo un incendio en su sembradío, el fuego quemó todo lo que encontraba a su paso. Al día siguiente caminó alrededor de su granja para hacer un balance de sus pérdidas. Cuando llegó cerca al gallinero, notó el cadáver carbonizado de una gallina madre. Usó su pie para darle la vuelta al cadáver y para su sorpresa, ¡los pollitos vivos salieron corriendo de debajo de ella! La gallina madre había muerto protegiendo a sus pollitos del fuego.
Esta ilustración nos lleva a una hermosa historia, un Hombre murió para salvar a toda la humanidad, del infierno que está preparado para el diablo, sus ángeles malignos y para todos los que rechazan la salvación… Pero, los que han encontrado y recibido este regalo tan grande, viven al amparo del Altísimo, como dice Su palabra: “Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso. Declaro lo siguiente acerca del Señor: Sólo Él es mi refugio, mi lugar seguro; Él es mi Dios y en Él confío.” (Salmos 91:1-2 NTV).
El Profeta Isaías ya había escrito hace mucho tiempo atrás, dice: “Todos lo despreciaban y rechazaban. Fue un hombre que sufrió el dolor y experimentó mucho sufrimiento. Todos evitábamos mirarlo; lo despreciamos y no lo tuvimos en cuenta. A pesar de todo esto, él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido y humillado. Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados.” (Isaías 53: 3-5)
Como si fuera el libreto de una película de terror, relata el profeta Isaías, anticipa una escena desgarradora acerca de ese personaje al que se ha llamado también, el “siervo sufriente”. Ya estaba escrito, anunciado lo que era ese sufrimiento…
Nadie se imagina con certeza esa imagen macabra del Gólgota. Todavía hoy en día muchos queremos ignorarlo, como dice Isaías: “evitamos mirarlo; lo despreciamos y no lo tuvimos en cuenta.” Queremos pasar de largo. Pero, no será posible. Tarde o temprano lo reconoceremos por el bien que ha hecho por cada uno de nosotros. Algún momento doblaremos las rodillas ante el Todopoderoso Dios. ¿Verdad?
Sin embargo, hay cristianos verdaderos y honestos, en estos días de “Semana Santa”, van a festejar para agradecer a nuestro Señor misericordioso Dios, porque saben que ese Hombre que murió en la cruz del Gólgota, ha resucitado y vive con nosotros y por ese milagro de vida, viviremos para siempre… ¿Cómo no alegrarnos por este milagro tan grande?
Otro de los pasajes de la Biblia, relata el motivo del sufrimiento, se encuentra en Isaías 53:6-7, dice: “Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre Él los pecados de todos nosotros. Fue oprimido y tratado con crueldad; sin embargo, no dijo ni una sola palabra. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores, no abrió su boca.”
¿Cuál fue el motivo? El motivo fue que, “Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas…” y estuvimos yendo a la muerte eterna y Dios por puro amor tuvo que soportar ese sufrimiento para rescatarnos de ese castigo eterno... La causa de nuestras maldades fue tan profundo y terrible, que sólo puede entenderse que tenía un amor inexplicable para sufrir voluntariamente: “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16 NTV).
¿Cómo más se puede explicar este sufrimiento del Señor? ¡No hay otra explicación razonable! En la escala de los sufrimientos de este mundo, lo que tuvo que soportar Jesús fue lo máximo e inimaginable… Aun siendo Santo e Inocente, no se quejó: “Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores, no abrió su boca.”. (Isaías 53:7). “el cordero de Dios que quita los pecados del mundo” (Juan 1:29).
¿Qué cosas cargó Él por ti? ¿Podríamos enumerarlos? ¿Te imaginas un solo hombre cargando sobre sí mismo todos los males, las rebeldías y las perversiones de toda la humanidad? Imposible imaginar tanto sufrimiento… ¿Has sufrido un dolor al que calificarías de insoportable? ¿Qué experiencias te han hecho quejarte amargamente? No alcanzamos a comprender cuánto tuvo que sufrir en nuestro lugar. ¡Lo hizo por ti y por mí!
Hoy podemos alegrarnos por nuestra libertad y saltar como corderitos por nuestra salvación, porque nunca más vamos a gritar ese dolor. Pero, si rechazamos ese milagro, un día no muy lejano nos tocará gritar de dolor en el infierno preparado para el diablo y sus ángeles: “... Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46).
Para terminar nuestro mensaje de hoy, quiero compartir una conmovedora historia, de una madre llamada Chiara Corbella (Cortesía semanario Alba), esta madre prefirió morir para salvar a su hijo. Así dice una parte de la historia: Estaba embarazada y le diagnosticaron un cáncer. Debía iniciar un agresivo tratamiento que podría curarla, pero que mataría al bebé que estaba en su vientre. Rechazó someterse a quimioterapias y entregó su vida por la salvación de su hijo. Una madre con coraje de 28 años que murió feliz y que no se dejó arrugar por el lobby abortista.
La historia de la italiana Chiara Corbella impacta a cualquiera. El pasado sábado 16 de junio más de un millar de personas abarrotaron la parroquia de Santa Francisca Romana para darle su último adiós. Guitarras, bongos, violines y un coro enorme quisieron poner un toque de alegría -aunque resulte paradójico- al funeral de esta chica de 28 años que antepuso la vida de su hijo a la suya. Una ceremonia en la que no hubo vestidos negros ni gafas de sol de esas que tapan lágrimas de plañidera. Una despedida que duró dos horas y media y que se convirtió en una auténtica fiesta…”
¿No te parece que, eso es lo que hizo Dios por ti y por mí? En Isaías 49:15 RVR 1960, Él te dice: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, Yo nunca me olvidaré de ti.” Entonces, en estos días recordemos ese milagro, entregando nuestro corazón a Él... ¿Lo rechazarás este amor tan grande o vas a aprovechar unirte a la fiesta?
Apreciado amigo, te invito a recibir ese regalo hermoso en tu vida y ser el hombre más feliz del universo. Pronto nos iremos a nuestro hogar eterno, la persona que sufrió en esa cruz, Él vive y va a volver pronto, Él está preparando tu propio hogar. Estas son sus palabras: “... No se preocupen. Confíen en Dios y confíen también en mí. En la casa de mi Padre hay lugar para todos. Si no fuera cierto, no les habría dicho que voy allá a prepararles un lugar. Después de esto, volveré para llevarlos conmigo. Así estaremos juntos. Amén.
Que lindo mensaje,de reflexion y esperanza para nuestras vidas...
ResponderBorrarMuchas gracias por tu comentario hermano Alberth. Muchas bendiciones de nuestro amado Salvador Jesucristo.
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