“A TU LADO SOY DICHOSO”

 “A TU LADO SOY DICHOSO”


Para comenzar nuestra meditación de hoy, vamos a leer dos textos de la palabra de Dios, para entender y abrir nuestro corazón a lo que nos quiere de decir hoy el Señor:


“Tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!” (Salmos 16:11 TLA).


“... ¡Pero benditos sean aquellos que sólo confían en mí! Son como árboles plantados a la orilla de un río: extienden sus raíces hacia la corriente, el calor no les causa ningún daño, sus hojas siempre están verdes y todo el año dan fruto.” (Jeremías 17: 5-8)


En esta época pasear por el campo es algo hermoso, todo verde, lleno de vegetación, uno automáticamente se siente feliz y agradece al Señor por tanta belleza que se ve… Se ven flores de toda especie y de todo color, mariposas volando de un lado a otro, en medio de ese jardín natural… 


Pero, cuando llega el mes de junio - julio, el paisaje se torna marrón y seco. En algunos lugares, como por ejemplo el altiplano, no se ve ni una vegetación, parece el mismo desierto… 


Aunque esas tierras han sido verdes en la época de lluvia: pero, cuando la cosecha ha terminado y nadie está regando los campos, se convierte en un lugar triste.


Cuando vas caminando por el altiplano de nuestro país, en tiempo de invierno; de repente se divisa en el horizonte algunos árboles de álamo y sauce. ¿Eso qué significa? ¡significa que hay agua!... Para que esos árboles estén verdes, tiene que haber agua; no importa que no llueve en esos meses, siempre van a estar verdes, porque allí hay agua.


Es un ejemplo muy acertado para decir que, así son los cristianos cuando están unidos a Cristo, se ven radiantes, aunque vengan los golpes de la vida… Para el cristiano, Jesucristo es el alimento principal, agua viva para que tengan siempre vida… En medio del desierto refleja vida a su alrededor, que todos pueden ver… 


Como esos árboles en el desierto, a veces, hay momentos en nuestras vidas, que se tornan ¡demasiado duros!: vienen tormentas, heladas, granizadas y vientos de tristeza… Sin que le busques llegan problemas, críticas, malentendidos… Enfrentamos problemas de salud, o la muerte de un ser querido, o desempleo, o la pérdida de una casa, etc. 


Esos momentos grises llegan sin ningún aviso, la vida se torna como el desierto seco y gris, en esos momentos parece que no sentimos la presencia de Dios, tenemos poca alegría, poca energía, pasamos los días poniendo un pie sin saber dónde caminar, haciendo lo que tenemos que hacer, noches sin dormir y quedamos sin una sonrisa en los labios.


David pasó por esa situación, sabía que moriría sin Dios y por eso acudió al Señor: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.” (Salmos 51:10.12).


Entonces en ese momento, en medio del desierto, nuestra alma sedienta necesita del agua de vida, para vivir y tener fuerzas... 


Cuándo llegan estos tiempos difíciles. Qué consuelo y esperanza es Jesucristo para un cristiano… Él vino a rescatarnos, ayudarnos en nuestra situación triste (Lucas 19:10)… Él sabía muy bien que sin Su ayuda, nuestra vida se convertiría en una tierra árida y en una vida de desierto.


Por eso, me lleno de gozo, cuando en mi corazón Dios me dice que no estoy solo. Mi corazón canta de alegría: ¡NO ESTOY SOLO! Aunque no vea estos ojos que tengo, Él está conmigo a mi lado ayudándome: “No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10 LBLA)


Entonces, querido hermano ¿Cómo estás en este momento? ¿Estás pasando por esa etapa del desierto? Entonces en este momento mismo, vamos a Jesucristo, Él está esperándonos con brazos abiertos. En Salmos 91:1-16 TLA, dice: “Vivamos bajo el cuidado del Dios altísimo; pasemos la noche bajo la protección del Dios todopoderoso.


2 Él es nuestro refugio, el Dios que nos da fuerzas, ¡el Dios en quien confiamos!


3 Sólo él puede librarnos de los peligros ocultos y de enfermedades mortales;


4 sólo bajo su protección podemos vivir tranquilos, pues nunca deja de cuidarnos.


5 Ni de día ni de noche tendremos que preocuparnos de estar en peligro de muerte.


6 Ni en las sombras de la noche, ni a plena luz del día, nos caerá desgracia alguna.


9 El Dios altísimo es nuestro refugio y protección.


10 Por eso ningún desastre vendrá sobre nuestros hogares.


11 Dios mismo les dirá a sus ángeles que nos cuiden por todas partes.


12 Los ángeles nos llevarán en brazos para que no tropecemos con nada;


13 andaremos entre leones y serpientes, ¡y los aplastaremos!


14 Dios dice: Mi pueblo me ama y me conoce; por eso yo lo pondré a salvo.


15 Cuando me llame, le responderé y estaré con él en su angustia; lo libraré y lo llenaré de honores,


16 le daré muchos años de vida, y lo haré gozar de mi salvación».


La dicha de estar bien, es vivir de Él y con Él, de la misma manera en que un árbol para que se vea verde radiante, su raíz tiene que estar alimentándose del agua que llega de Cristo… 


Bajo tierra no se ve cómo se alimenta el árbol, ni siquiera el árbol mismo... La conexión es invisible, pero el resultado se ve…. Como esos árboles se mantienen altos, verdes y majestuosos, incluso en medio de la sequía más profunda se ve que están llenos de vida: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13 RVR1960). En TLA, dice: “Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones.” 

 


Quien está unido a Cristo, como describen los salmos 1:3, 6: “Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!... Porque el Señor cuida el camino de los justos, mas la senda de los malos lleva a la perdición.” (Salmos 1:1-6).


Podemos ver cuán grande es la gracia de Dios en Cristo Jesús: Él perdonó a David, que había cometido adulterio y homicidio (2 Samuel 11:12); perdonó a Manasés cuando clamó a Dios que perdone la idolatría de Su pueblo. (2 Crónicas 33: 12-19), perdonó al ladrón en la cruz a la derecha de Jesús (Lucas 23:43), perdonó a la mujer pecadora en la casa de Simón (Lucas 7:47), perdonó a Pedro que negó a su Señor (Mateo 26:75) y en tantos otros casos... 


Sí, hermano. ¿Escuchando estas palabras no se alegra tu corazón? ¡Somos dichosos en las obras perfectas de Jesucristo! Nadie en el cielo o en la tierra pueda encontrar otra ayuda que no sea de Jesucristo… Sin Él estamos abandonados… Solo el Hijo de Dios se encarnó, derramó su sangre y murió, “para que todo aquel, que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Amén.



Comentarios

  1. Q lindo es el campo todo verde y cuamdo llega el invierno es triste Dios nos sostien sin importar lo q estas pasandonos nos ayuda si

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    1. Muchas gracias por su comentario, y bendiciones. Si tienes fotos mándamelas para publicar en mi Blog. Envío saludos y cuéntame de donde me escribe.

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  2. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

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