¡ORAR ES VIVIR CON JESUCRISTO!

 ¡ORAR ES VIVIR CON JESUCRISTO!

Cuando enfrentas un problema serio que te hace sufrir muchísimo, ¿qué es lo primero que haces? La respuesta natural del ser humano es, sentirse solo y tratar de solucionar a su manera y con sus propias fuerzas. O piensa en una persona aparentemente confiable, para contarle lo que le está pasando; pero, no le cuenta todo lo que quisiera contarle, lo hace con mucha reserva... 


Sin embargo, Dios nos llama a acercarnos con toda confianza, recuerda lo que dice en Hebreos 4:16: “Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama.” (TLA)… La persona que nos ama, está a nuestro lado y esperando que lo contemos, lo que nos está pasando. (Mateo 11:28). 


El caminar diario de un cristiano, es vivir estrechamente con Jesucristo. Caminamos con Él, protegidos y bendecidos. Entonces, si peregrinamos con Jesús, es imposible caminar sin conversar con Él ¿Verdad?… Andamos juntos conversando en todo el camino de la vida. Y ¿Cómo se conversa con Dios? Se conversa, a través de la oración. 



O tal vez en este momento, dices: “No tengo ganas de orar” … Es verdad, a veces no tenemos ganas de orar, eso es normal, tener lucha constante cuando queremos orar. La carne es débil pero nuestro espíritu y alma quiere tener paz con Dios… Cuando no tienes ganas de orar, recuerda lo que dice en Romanos 8:26: “De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras.” (DHH.) 


En ese caso, comienza diciendo esas palabras: “Señor, en este momento no tengo ganas de orar, ayúdame...” El Señor sabe lo que está pasando en tú corazón. Por eso, la palabra de Dios dice que, el Espíritu Santo lo hace por ti. ¡Qué ayuda más poderosa de parte de Dios! Con esas palabras nos está diciendo, al confesarle que no tenemos ganas de orar, ya estamos orando. ¿Verdad?


Como muchas veces también he escuchado, decir: “Pastor mi oración no pasa del techo.” Pero, ¿por qué tenemos que pensar que nuestra oración tiene que pasar el techo? La falla que cometemos es pensar que nuestras oraciones tienen que ser hacia arriba, nos imaginamos que Dios está solo en el cielo… Sabemos que Dios llena toda su creación… Esa es la equivocación constante de muchas personas; oran hacia arriba, como si Dios estuviera solo arriba en el cielo.


Te pregunto: ¿Eso dice la palabra de Dios? Escucha lo que dice: “... Yo mismo voy a acompañarte y te haré estar tranquilo.” (Éxodo 33:14 TLA), dice también el Salmista David: Sin embargo, siempre he estado contigo. Me has tomado de la mano derecha.” (Salmos 73:23 DHH). Y, por último, en Mateo 28: 20, dice: “... Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo.” Entonces, tenemos que comenzar orando a la persona que está a nuestro lado… Por ejemplo, cuando una persona camina con alguien, no habla hacia arriba, sino a la persona que está a su lado.


Para que se nos grabe en nuestro corazón y mente, nuevamente pregunto: ¿Dónde dice que está Cristo? está con nosotros, a nuestro lado “Él les dijo: ¡Yo soy, no tengan miedo! ¡No tengan miedo, Yo estoy aquí! (Juan 6:20 RVR60) … Entonces vamos a hablarle a la persona que está ahí, a nuestro lado y no lanzar palabras al espacio... Hermano, conversa con la grata compañía que tienes a tu lado, nada menos, tu amigo Jesús que te ha dicho que te ayudará siempre. “Yo estaré contigo, y no te abandonaré hasta cumplir lo que te he prometido. Te cuidaré por dondequiera que vayas...” (Génesis 28:15 TLA).

Otro de los problemas que enfrentamos es que no tenemos palabras para orar. Como alguien decía: ¿Cómo orar por lo menos 15 minutos o más, si mi oración termina en 2 minutos? Entonces, ¿por qué se acaba muy rápido nuestra oración? Es porque pensamos hacer un sin número de protocolos o ceremonias para hablar con Dios y no encontramos palabras escogidas y adecuadas, según nuestro pensamiento o en su caso, nuestras oraciones se centran solo en peticiones. Como, por ejemplo: “Bendíceme, perdóname, ayúdame, guárdame, bendice a mi papá y a mi mamá…” Esa oración termina en un minuto…


La palabra de Dios en 1 Tesalonicenses 5:16-18, dice: “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.” En este texto, el Apóstol Pablo al escribir a la Iglesia de Tesalónica, recomienda que estemos siempre alegres, que demos gracias en todo momento. Y acerca de la oración, dice: “... oren sin cesar…” Eso quiere decir, en todo momento de nuestra vida tenemos que conversar con el Señor.


Orar es conversar y contarle a la persona que tanto te ama, hablar con tu mejor amigo que está a tu lado, quien todo lo sabe y quien te entiende mejor que cualquier persona de esta tierra. Entonces te pregunto: ¿De qué conversan los amigos? hablan del fútbol, de trabajo, hablan del dinero, de las deudas, de problemas que están pasando, hablan de sueños, de planes, etc… Hablan de todo.... Entonces. habla lo mismo con tu amigo Jesús.


Cuando llega la noche, por ejemplo, acuéstate en tu cama, conversa con Jesús y cuéntale todo lo que has hecho durante el día, detalle por detalle… Tal vez tienes que decirle: Señor me levanté muy tarde, tuve que correr, no tomé desayuno. Yo coloqué mi despertador y no me despertó, es que mi despertador está mal y tengo que comprar otro nuevo y no tengo dinero. ¡Eso es hablar con Dios! Estás conversando. Entonces, ¡Eso es orar!



Cuando tú sacas todo de tu corazón, todo lo que te está molestando, doliendo, entregas al Señor Jesús, te estás desahogando con la persona que conoce el sufrimiento tuyo y vas a encontrar un alivio a tus problemas. No confíes en nadie de esta tierra, a veces confiamos y nos fallan. Pero, ahí está Jesucristo tu amigo perfecto, esperándote para que le cuentes todo lo que te molesta.


Es muy diferente y maravilloso conversar con Jesús, todo cambia y sientes una paz enorme en tu corazón, inunda tu vida de alegría… ¿Por qué no conversar las 24 horas del día con Él? Ahora mismo habla con Él y dile: “perdón Señor por pensar que estabas muy lejos de mi...” Desde ahora habla con toda confianza, con la persona que está a tu lado, de seguro vas a recibir oportuno socorro. (Hebreos 4:16)


Muchas veces me han dicho, si tengo que orar las 24 horas del día, a qué hora voy a trabajar, y a qué hora estudio… Querido hermano es muy sencillo: Si hemos dicho que nuestro amigo Jesucristo está a nuestro lado, tenemos que aprender a trabajar conversando con Él, estudiar y conversar con Jesucristo al mismo tiempo.



Por ejemplo, si estás estudiando, cuéntale a Jesús, dile: “Señor te voy a contar lo que estudié, sucedió esto…” le estás contando a Jesús, estás orando, pero al mismo tiempo estás estudiando.


También hay otro problema que el cristiano enfrenta. Muchas veces me han dicho: “En la mitad de mi oración me vienen pensamientos y no me dejan concentrarme.” Toma esos pensamientos y cuéntaselos a Jesucristo, con eso sigues orando. Eso es hablar con Dios y conversar con Él constantemente, pase lo que pase… Con todo lo que hemos dicho, no hay excusa para no orar. Apreciado hermano en este momento abre tu corazón habla con Dios. Amén.




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