¿ESTÁS PREPARADO?... ¡CRISTO VIENE PRONTO!
¿ESTÁS PREPARADO?...
¡CRISTO VIENE PRONTO!
La experiencia que se espera de un ser amado que llega de muchos años, emociona la espera ¿verdad?... El regreso de nuestro Salvador Jesucristo es mucho más impresionante y glorioso para todos los cristianos. ¿Te imaginas ver en persona a nuestro Salvador?
Cuando Jesucristo estaba en esta tierra, para la gente de aquella época ver en persona al Señor era impresionante, atraía a la gente como imán... Claro ejemplo, hoy en día cada vez que leemos su palabra nos emocionamos por esas hermosas palabras y algunas veces lloramos de alegría… Te imaginas en realidad ¿Cómo será ese encuentro con la Persona que tanto te ama? ¡¡Qué espera más hermosa y emocionante!! ¿Verdad?
Por la situación difícil que estamos pasando en estos últimos tiempos, por motivo del COVID 19, la mayoría de las personas en ese momento convencidos han buscado a Dios. Pero, con el transcurso del tiempo, pareciera que se han familiarizado con esta enfermedad y otra vez algunos bajan la guardia y dejan de buscar a Dios…
Si saben que pronto acabará todo lo que vemos, o tal vez morimos antes: ¿Por qué no les preocupa lo peor que viene? ¡Se acerca el terrible sufrimiento y dolor!... Después del final de este tiempo llegará el peor castigo que ni nos imaginamos el dolor y sufrimiento para aquellas personas que han ignorado la salvación por Jesucristo. ¡La sentencia está hecha por el mismo Creador del cielo y la tierra!… Y los días pasan muy rápido. No somos eternos en este mundo y esos días espantosos vienen muy de prisa.
La palabra de Dios en Hebreos 12.25-29, dice: “Tengan cuidado cuando Dios les llame la atención. No lo rechacen, porque los israelitas que en el pasado lo rechazaron, no escaparon del castigo. En aquella ocasión, cuando Dios les habló, su voz hizo temblar la tierra. Y si nosotros rechazamos a Dios, que nos llama la atención desde el cielo, tampoco escaparemos del castigo. Porque ahora él dice: Otra vez haré temblar, no sólo la tierra, sino también el cielo. Y cuando dice “otra vez”, entendemos que Él quitará las cosas creadas, las que se pueden mover, para dejar las cosas que no pueden ser movidas. Gracias a Dios, el reino que él nos da no puede ser movido. Por eso debemos adorar a Dios con el amor y la honra que a Él le gusta recibir. Porque nuestro Dios es como un fuego destructor.” (TLA).
Por nuestro orgullo, pensamos que somos capaces de enfrentar los peligros por nuestra propia cuenta y con esa actitud le decimos a Dios que no lo necesitamos en nuestras vidas. Pero, por amor a cada uno de nosotros, el Señor puede agitar nuestras vidas con alguna prueba dura ¿Para qué? Para mostrarnos que no podemos vivir solos sin su ayuda y para mostrarnos que es imprescindible nuestra dependencia hacia Él. Si basamos nuestra seguridad en cualquier cosa que no sea Jesucristo, nos encontraremos en arena movediza (Juan 15:5).
Apreciados hermanos, nuevamente les digo: ¡No somos eternos en esta tierra! Despertemos y miremos lo que viene en el futuro. Escucha bien lo que dice Dios, en 2 Pedro 3.10-13: “Pero cuando el Señor Jesús regrese, vendrá como cuando un ladrón entra en una casa a robar. En ese día, los cielos desaparecerán en medio de un ruido espantoso, las estrellas serán destruidas por el fuego, y la tierra y todo lo que hay en ella desaparecerán. Ya que todo será destruido de esa manera, ustedes deben obedecer sólo a Dios, hacer el bien, y esperar con ansias el día en que Dios juzgará a todo el mundo. Ese día, el fuego destruirá los cielos y derretirá las estrellas. Pero nosotros esperamos el cielo nuevo y la tierra nueva que Dios ha prometido, donde todo será bueno y justo.” (TLA).
Cada año que pasa, la inestabilidad en el mundo parece cada vez más fuerte, todo cambia. Las catástrofes naturales y las provocadas por el hombre se lleva a mucha gente sin Cristo; y el actuar político cambia para mal. Todo esto nos lleva a preguntar: ¿Hay algo que sea firme en esta tierra? La respuesta es: No la hay, todo se acaba. ¡El único firme y sólido es Dios, quien nos da salvación por medio de su Hijo amado Jesucristo! ¡Él volverá para llevarnos a un lugar hermoso. ¡Ya está preparado para cada uno de nosotros! (Apocalipsis 21:3-4; Juan 14:1-6).
A pesar de las aterradoras señales que estamos pasando, Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, tú y yo somos amados por Dios, seguimos el camino que Él ha trazado para nuestra salvación, estaremos seguros pase lo que pase, estamos en buenas manos.
Pero, permítanme darles un ejemplo aún más terrible que viene, mucho peor de lo que estamos pasando en estos días. En el pasaje de 2 Pedro 3.10-13, dice que los cielos y la tierra serán sacudidos. Todo será destruido, quemado, para ser exacto ¿Pueden imaginarse lo que viene y lo que será los finales de todo lo que vemos? Afortunadamente, todos los cristianos tenemos la promesa de que Dios creará todo nuevo, cielos y tierra; pero mientras tanto este mundo estará sometido a una gran agitación.
La inestabilidad de todo lo que vemos, nos causan sentimientos de inseguridad y miedo... Para que no vivamos con ese miedo, concentrémonos en las verdades bíblicas. Porque la palabra de Dios se refiere a nuestro Salvador Jesucristo como única roca y un fundamento firme (1 Corintios 3.10, 11; Efesios 2.20). ¡Solo en Él estaremos seguros! Sabemos que Dios es Inmutable y Soberano; nada puede desestabilizarlo ni alterarlo. Su Palabra es verdad, y es para siempre. ¡Entonces mi confianza es en algo seguro y firme!
Los que tenemos a Jesucristo en nuestro corazón, nuestra relación eterna con Dios está segura. Hemos sido adoptados como hijos suyos, y nada puede quitarnos esta gloriosa posición (Romanos 8:35-39). Es más, tenemos la seguridad de un hogar eterno con Él. Aunque es posible que a veces nos sintamos inquietos; pero, podemos alegrarnos cuando las pruebas nos llevan humildemente a la cruz de Jesús, allí encontraremos paz y seguridad.
La palabra de Dios nos dice también: “Dios ha demostrado cuánto ama a todo el mundo, pues les ha ofrecido la posibilidad de salvarse del castigo que merecen. Ese amor de Dios nos enseña que debemos dejar de hacer el mal, y no desear lo malo de este mundo. También nos enseña que, en este mundo, debemos ser honestos y fieles a Dios, y pensar bien lo que hacemos. Así debemos vivir, mientras llega ese día feliz y maravilloso que todos esperamos, cuando se manifestará nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.” (Tito 2:11-13 TLA).
El apóstol Santiago también dice, en el capítulo 5 versículo 8: “Pero ustedes, hermanos, tengan paciencia y no se desesperen, pues ya pronto viene Cristo el Señor...” Entonces, alegrémonos no estamos solos y abandonados…. No desaprovechemos las oportunidades que Dios nos da, empecemos cada día con el Señor sometiéndonos a su voluntad y pidiéndole que dirija nuestros pasos. Después de todo, ninguno de nosotros va a llevar al cielo que tanto nos sacrificamos en lo material.
Queridos hermanos, esperemos con ansias ese día en que veremos a nuestro celestial Amigo y Salvador. ¡Qué glorioso será ese día! Hemos creído en Él y hablaremos con Él. Por eso esperamos expectantes el día en que por fin disfrutaremos para siempre de esa perfecta claridad, de plena seguridad, ¡De la presencia amorosa del Redentor! Además, seremos librados para siempre de nuestra corrupta carne, la naturaleza carnal que nos indujo a tantos pecados, y nos produjo tantas caídas y sufrimientos.
Para terminar este mensaje, quiero cerrar con broche de oro, con estas hermosas palabras de Filipenses 3:20-21: “Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, y esperamos que de allí vuelva nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. Nuestros débiles cuerpos serán destruidos, pero él los transformará en cuerpos gloriosos como el suyo. Esto lo hará con el mismo poder con que controla todo el universo.” (TLA). Vivamos con esa esperanza, nuestra mirada esté siempre en esa verdad que nadie nos puede quitar... ¡Sonríe hermano, lo mejor está por llegar! Amén.
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