¿DÓNDE ESTÁ DIOS CUANDO ESTOY SUFRIENDO?

 ¿DÓNDE ESTÁ DIOS CUANDO ESTOY SUFRIENDO?


Una mañana en nuestro devocional, leímos el libro titulado: “Solo una cosa es necesaria”, de Hans Erik Nissen… Este devocional nos ayudó a entender los sufrimientos inexplicables que pasamos, donde parece que Dios se oculta, justo en esos momentos difíciles de la vida. 


Comprendo que Dios permite esos sufrimientos, para que podamos entender la necesidad de depender de Él en todo momento de nuestra vida; a veces para entender esa verdad, es necesario pasar por el desierto, todo eso para que podamos disfrutar de esa vida de bendición que Jesucristo nos ofrece. El mismo Señor nos dice: “... separados de mí, no pueden hacer nada.” (Juan 15:5 NTV).


Dios para hacernos entender esa verdad, tiene que permitir un pequeño sufrimiento, como si en esos momentos Dios se ocultara… a veces llegamos a una desesperación, hasta ver que no tenemos otra ayuda en ningún lado, entonces dirigimos nuestra mirada espiritual a la única ayuda que viene de Jesucristo nuestro Salvador, que ha dado su vida por cada uno de nosotros. Él no nos ha abandonado. ¡Dios está con nosotros, a pesar de todo lo que estamos pasando, Él está a nuestro lado!


Eso es lo que pasó con Isaías, pensó que Dios se había ocultado de él, en el capítulo 45, versículo 15, dice:Tú, Dios y Salvador de Israel, eres un Dios que se oculta.” (Nueva versión internacional). En otras versiones dice que es un Dios que actúa en una manera misteriosa o un Dios invisible que no podemos ver... 


¿Será que Dios nos ha abandonado? ¿Será que, justo en esos momentos que tanto necesitamos, Él se aleja? ¿Será que a la persona que tanto amas puedes dejar en su sufrimiento? Tan difícil explicar lo que está haciendo Dios de misericordia y amor, en esos momentos tan difíciles que pasamos en la vida ¿Verdad?... Él te está llevando en sus brazos, por esos caminos escabrosos de la vida.


Para entender nuestro mensaje, voy a compartirles la parábola de “Las pisadas en la arena”, de autor anónimo, dice:Una noche soñé que caminaba por la playa con Dios. Durante la caminata, muchas escenas de mi vida se iban proyectando en la pantalla del cielo.

Con cada escena que pasaba notaba que unas huellas de pies se formaban en la arena: unas eran las mías y las otras eran de Dios.

A veces aparecían dos pares de huellas y a veces un solo par. Esto me preocupó mucho porque pude notar que, durante las escenas que reflejaban las etapas más tristes de mi vida, cuando me sentía apenado, angustiado y derrotado, solamente había un par de huellas en la arena. Entonces, le dije a Dios:

“Señor, Tú me prometiste que si te seguía siempre caminarías a mi lado. Sin embargo, he notado que en los momentos más difíciles de mi vida, había sólo un par de huellas en la arena. ¿Por qué, cuándo más te necesité, no caminaste a mi lado?.

Entonces Él me respondió:

“Querido hijo. Yo te amo infinitamente y jamás te abandonaría en los momentos difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas es porque yo te cargaba en mis brazos…”.


En toda la existencia de la humanidad, el hombre siempre ha estado bajo la protección de Dios Todopoderoso, nunca han sido abandonados; aunque se han portado mal y se han ido por caminos equivocados por el más oscuro sufrimiento, Dios ha ido siempre en su rescate y les ha dado su protección, como dice en su palabra:  “Y ahora, Dios le dice a su pueblo: No recuerden ni piensen más en las cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca.” (Isaías 43:18-19 TLA). Dice también: “... si mi pueblo se humilla, y ora y me busca, y si al mismo tiempo abandona su mala conducta, yo escucharé en el cielo su oración, perdonaré sus pecados y los haré prosperar de nuevo.” (2 Crónicas 7:14 TLA).


Entonces, todo lo que pasa en este mundo, está todo bajo control del Dios Todopoderoso. Él es Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:16) y está todavía en Su Trono (Apocalipsis 5:13), gobernando sobre toda su creación y puedo asegurarte que, refugiarte en sus maravillosas promesas, estarás seguro pase lo que pase. Eso es lo que te dice por medio de Isaías 49:15: “... ¿acaso puede una madre olvidar o dejar de amar a su hijo? Y aunque ella lo olvidara, yo no me olvidaré de ti.” (Nueva traducción viviente). ¡Aleluya! ¡Bendito sea Dios Todopoderoso! ¡Estoy seguro que en este momento te está abrazando con sus manos cariñosas, diciéndote que te ama y todo va a salir bien!


Cuando Dios permite dificultades y problemas en nosotros, con nuestra mente no podemos entender. por eso, en la oscuridad de nuestra aflicción, parece como si Dios nos hubiera abandonado a nuestra suerte. Gritamos de angustia, sin recibir respuesta. Pareciera que las puertas del cielo se han cerrado herméticamente y nosotros desesperados, sin poder hacer nada. 


Es en ese momento cuando llegamos al fondo del abismo, cuando decimos que Dios se ha alejado y ahora que hago, y dirigimos nuestra mirada espiritual a Dios, en ese momento viene la ayuda: “No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10).


Es en ese momento cuando escuchas el llamado de nuestro Señor Jesucristo, descansamos en Él: “... Vengan a mí, y yo los haré descansar.” (Mateo 11:28 TLA). Dice también: “Vengan ya, vamos a discutir en serio, a ver si nos ponemos de acuerdo. Si ustedes me obedecen, yo los perdonaré. Sus pecados los han manchado como con tinta roja; pero yo los limpiaré. ¡Los dejaré blancos como la nieve! Entonces comerán de lo mejor de la tierra.” (Isaías 1:18-19 TLA).


Entonces, para que tengas fortaleza en medio de las pruebas, escucha lo que te dice Dios en su palabra. Pide perdón y refúgiate en Él por completo, tendrás paz... Ahora te pregunto: ¿Dios te ha abandonado? ¡Apreciado hermano Él no te ha abandonado! ¡Él en este momento está a tu lado con todo Su amor y ternura! No lo puedes ver, aún así Él está contigo. No lo puedes escuchar, pero Él escucha cada uno de tus gemidos y te sostiene en sus brazos.


Dios se esconde por un breve tiempo, hasta donde podemos soportar (1 Corintios 10:13). Lo hace para salvarte, para que veas con tus ojos espirituales a Él como tu única ayuda y el Señor de tu vida… A veces Dios lleva a sus hijos por caminos misteriosos en los cuales Él parece no estar. Lo hace con el propósito de crear un anhelo fuerte en tu corazón por Él.


Si no hay estas pruebas, nos descarriamos como ovejas sin pastor, hasta llegar a lugares sin protección, a una vida de libertinaje, oscuridad y desesperación donde pareciera que Dios es solo imaginación nuestra… Apreciado hermano, Dios quiere ayudarte, vivir contigo y darte un abrazo, quien sabe que hasta este momento no hay una relación buena de padre a hijo, tal vez nos hemos convertido en  hijos extraños.


Cuando Dios se convierte en el Dios escondido en tu vida, significa que Él te ha puesto bajo Su disciplina. Pero, la disciplina no es un castigo en sí, “es la capacidad para controlar los impulsos, sobre todo aquellos que nos apartan de los objetivos y más bien nos inclinan al goce de los placeres más inmediatos. De allí que la disciplina sea muy importante a la hora de alcanzar metas arduas, tanto a nivel personal (rebajar, ponerse en forma, etc.), como a nivel laboral (mayor productividad) y académico (mayor rendimiento).” (Explicación de wikepedia)


El Señor te disciplina para que te acerques a Él. Él quiere que la oscuridad se cierre sobre ti para llevarte a su maravillosa luz. Después lo puedes ver. Al encubrirse Dios te proporcionó una bendición renovada cuando volvió a revelarse. No tenías nada. Eras tan pobre. Entonces, Dios se presentó como tu Salvador y tus ojos se abrieron y pudiste ver que si bien se había escondido para ti, sin embargo te había rodeado por detrás y por delante. 

Jesús fue abandonado por Dios. Lo fue por ti. Si eres un pecador indefenso que en tu desesperación lo buscas, jamás vas a tener que gritar: “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?...” (Mateo 27:46).


Tienes que saber que cuando Dios se oculta para ti, por un tiempo, siempre es para salvarte. Dios viene con todas las riquezas de la gracia. Puede que pierdas algo aquí en la tierra, pero adentro en tu corazón lo tienes todo. Tu salvador usa los días difíciles de tu vida para guiarte al cielo. El día estará por delante. El día en que vas a salir al encuentro con Dios con estas palabras: ¡Mi Rey y mi Dios! Nuestra vida no está aquí en la tierra, sino donde Cristo está preparando un hogar para ti y para mí. Donde no habrá más llanto ni dolor y viviremos para siempre (Apocalipsis 21:4). Amén.




Comentarios

  1. Muchas gracias pastor Rene Villegas, por compartir este blog, me ayudó bastante en entender que Dios siempre estuvo de mi lado...

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  2. Ánimo hermano, como dudar de la Persona que ofrendó Su vida en sacrificio, por cada uno de nosotros? ¡En este momento está a tu lado y nunca te abandonará!

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