¿ESTÁS PREPARADO PARA RECIBIR LA NAVIDAD?
¿ESTÁS PREPARADO PARA RECIBIR LA NAVIDAD?
Voy a compartirles, una anécdota de Alejandra y dice: “Era la clásica Noche buena y como
todos los años, a las 00:00 nos entregamos los regalos. Como es común
empecé a abrir todo regalo que llevara mi nombre, un notebook, un reloj, una
cartera… Hasta que al abrir uno de los regalos me topé con un tristísimo “gato
japonés” de la suerte (los clásicos que mueven el brazo arriba y abajo sin
cansarse). El caso es que ni siquiera se me ocurrió preguntar de quién venia
tan gracioso regalo y lo dejé pasar.
Al cabo de unas semanas, el gato ya estaba en la basura después de alguna de
las limpiezas navideñas de mi madre.
En junio, por mi cumpleaños, charlando con mi tío, me preguntó qué había hecho
con los quinientos euros que me regaló en Navidades y que si me había gustado
el detalle de esconderlos dentro del gato. Me sentí paralizada y se me enfrió todo
el cuerpo…”
A veces como Alejandra pensando que es algo insignificante, perdemos el regalo más precioso de la vida… Y justamente en estas fechas de fin de año recordamos el regalo más precioso que llegó a nuestras vidas… Hace cuarenta años, llegó a mi vida, con mucha seguridad puedo decirte, que es el regalo más precioso de todos los regalos que pueden existir.
En aquel momento aparecieron, junto al ángel, muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:
¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!
Cuando los ángeles se volvieron al cielo, los pastores comenzaron a decirse unos a otros:
—Vamos, pues, a Belén, a ver esto que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado.”
Una de las cosas que más disfruto y recuerdo a mis hijos cuando eran pequeños, de la temporada navideña, es ver la alegría en los rostros de ellos. Mis preciosos hijos felices correteando de un lado a otro, para ellos era una fecha muy importante, por las actividades en la Iglesia y también por los regalos…
Recuerdo, para cada navidad mis hijos esperando con alegría los regalos, el infaltable panetón, galletas, y golosinas; también la cena de la media noche. No faltaban las actividades en la Iglesia, recordando el nacimiento del Salvador… Pasaban los días previos a la Navidad armando el arbolito, colocando adornos y las luces multicolores. Había una emoción en sus corazones que iluminaba sus ojos.
En la mañana de la Navidad, se levantaban temprano y corrían a darme besos, diciéndome: “¡Hoy es Navidad!” Desde la mañana encendían las luces y las canciones navideñas y se cambiaban de ropa nueva para ese día. No les importaba lo que íbamos a desayunar ni las diversiones que había para ese día, para ellos lo más importante era la fecha que se recordaba. A comenzar a disfrutar de sus nuevos juguetes y de su nueva ropa.
¡Qué alegría y felicidad eran para mis pequeños hijos!... La mayoría de los niños en todas partes hacen lo mismo; no se les ocurriría simplemente estar tristes y solo admirar los vistosos regalos que los papás con todo cariño preparan y dejarlos sin usarlo no tiene sentido...
Cuando hablamos de regalo para estas fechas importantes, el regalo más grande de todos los regalos del mundo, Dios nos ha enviado a Su único Hijo Jesucristo. Dios porque te ama tanto a enviado en tu rescate a su único Hijo… Si no lo tienes en tu corazón este precioso regalo, prepara y recibe este regalo, que es especialmente para ti, porque Dios te ama en gran manera como dice en Juan 3:16-17.
Para algunas personas, estas semanas del Adviento o de la espera del día que llegue la Navidad, son un tiempo muy triste y difícil del año. Personalmente comprendo que las presiones económicas, no nos permitirán cumplir los sueños de nuestra familia…
Muchos quedarán insatisfechos por las expectativas no cumplidas, todo esto pueden desanimar el espíritu de una persona y convertir en una temporada de preocupaciones, en la que todos debiéramos estar alegres. Pero al mantener nuestros ojos en Aquel que nos ha dado todas las cosas, podemos concentrar una alegría de compartir con la familia, lo poco que tenemos, con alegría.
Todas estas
dificultades nos acercan más a Jesucristo y no nos quitarán la alegría de
recibir ese regalo más grande del mundo, a Jesucristo en nuestro corazón… En
medio de dificultades vamos a sonreír, porque lo que es más importante para
nuestras vidas es la paz de Dios, por medio de Jesucristo y la alegría es tener
a Dios en nuestro corazón, eso fue el mensaje de los ángeles: “… ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que
gozan de su favor!...”
El enemigo quiere robarte tu felicidad en esta y todas las Navidades, haciendo que la temporada sea triste y sin sentido. El nacimiento de Cristo sea la razón de nuestra alegría. Le animo a desenvolver el regalo de salvación de Dios y disfrutar del regalo más grande de todos los regalos. ¿Estás preparado para recibir este regalo tan valioso para ti? ¡Prepárate y regocíjate en tu salvador! Amén.
Intersante
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