¡B U E N A S N O T I C I A S!
¡B U E N A S N O T I C I A S!
(El amor de Dios es
incondicional)
(Juan
3:16-17)
Sabemos que nuestra lucha no es
contra personas humanas, “…
sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra
fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los
lugares celestiales”. (Efesios 6:12). Enfrentamos duras batallas cada día: “… el diablo… anda al acecho como un león
rugiente, buscando a quién devorar. (1 Pedro 5:8). A veces en ese
enfrentamiento quedamos muy afectados y nos deja decaidos.
El propósito del enemigo es debilitarnos que nos sintamos solos, que dudemos de que Dios no está con nosotros y no tengamos comunión con nuestro Señor Jesucristo, también quiere alejarnos de la communion con nuestros hermanos. Pero, el amor de Dios es mas grande y fuerte que el temor (1 Juan 4:18), sobrepasa todo entendimiento (Efesios 3:19). Si nos damos cuenta de esta ayuda ponderosa, nuestro corazón reboza de gozo y fortaleza.
Voy a contarte una experiencia que me pasó hace poco: En estos últimos meses, con tantas preocupaciones y dificultades que presenta la vida, tuve una tensión fuerte. Cuando uno pasa por esta experiencia, solo quiere escapar de ese problema, correr y correr y nunca dejar de correr… Salí a la calle a caminar, sin saber a dónde ir, de repente me encuentro en la plaza, sentado, conversando y riendo con un anciano muy amable…
Entablamos una conversación muy amena, de repente la hora se fue y las preocupaciones también, éramos las personas más felices de la tierra, como si no tuviéramos nunca problemas y preocupaciones… En lo que estábamos conversando, siento en mi corazón que ese fue un encuentro con Dios consolándome por medio de ese anciano, con esas palabras cariñosas y sabias, exacto lo que necesitaba.
Cuando vuelvo a casa, nadie me pregunta, como
estoy… Y por teléfono una de mis hijas me dice: ¿Dónde estabas?: Mi respuesta fue:
“¡He tenido una conversación bella y hermosa con Dios!” “He conversado con
Dios. ¿Y sabes qué? ¡Él tiene la sonrisa más bella que he visto en mi vida!” Vi
a Dios en ese anciano.
El Señor puede utilizar a personas que ni nos imaginamos
que vienen a animarnos, ayudarnos a levantar la cabeza y mostrarnos el amor de
Dios… Cuando nos encontramos en situación difícil, ni nuestros seres queridos
que nos rodean se dan cuenta lo que estamos pasando. Pero, el Señor que todo lo
ve, sí está viendo y nos entiende perfectamente lo que nos está pasando.
¿Por qué, entonces, con todas estas evidencias, seguimos dudando de su amor? Tal vez sea porque estamos viendo al amor de Dios, desde nuestra perspectiva limitada, pensando que Dios está lejos, o quizás simplemente nos sentimos indignos del amor de Dios y no hemos hecho nada por Él o hemos fallado muchas veces.
El amor divino no está condicionado por nuestro desempeño, sino por la obra perfecta de Su Hijo Jesucristo, nada de lo que tu hagas o sientas evitará que seas amado por Dios. Eso es la buena noticia para ti y para mí: “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados”. (Salmos 103:10). ¡Aleluya! ¡Alabado y bendito sea nuestro Señor Jesucristo!
Estas palabras vienen tan cargadas de gracia y consuelo, y son tan claras, que nunca podremos alegrarnos suficientemente por ellas. Nunca podremos alabar y dar suficientes gracias a Dios por ellas, encierran todo el contenido del Evangelio: “No nos paga conforme a nuestros pecados”, nos trata conforme a los méritos de su amado Hijo… El Señor trató una vez a una Persona “conforme a nuestros pecados” y lo castigó “conforme a nuestras iniquidades” ¡SACRIFICÓ A SU PROPIO HIJO!
Esta es la razón por la cual nos ama y nos cuida, no nos deja solos en nuestro
sufrimiento, viene a buscarnos y llevarnos a su lado… El texto de la palabra de
Dios, en Juan 3:16 dice: “Pues
Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en
Él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16). Y una expresión de amor paternal, se
encuentra en Isaías 49:15: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz,
para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca
me olvidaré de ti.”
Aquí encontramos un poderoso consuelo para ti y para mí. El Señor nos enseñó a confiar plenamente en la obra perfecta de Su Hijo... ¿Puedes imaginar que el fiel Salvador, que derramó su sangre para el perdón de nuestros pecados, nos la negaría o rechazaría en el momento que necesitamos de Su ayuda? ¿Se burlaría de esa manera de nosotros?
¿Quién es, entonces, el que nos deja tan inseguros en este asunto? ¿Quién tortura nuestros corazones con oscuridad e incertidumbre en cuanto a la gracia de Dios, de modo que casi nunca estamos realmente tranquilos y contentos? ¿No debiéramos darnos cuenta que es el enemigo de nuestras almas que nos tortura? ¡En lugar de oír la voz del enemigo, confiemos plenamente en la fidelidad de Cristo, y así descansar en su perdón!
Dios nos ama, porque nosotros somos su creación especial, somos la niña de sus ojos (Zacarías 2:8; Samos 17:8)… En el momento preciso estará siempre para ayudarte, como nos cuenta la siguiente historia: “Sonó el teléfono. El pastor Hall se levantó de la cama a tropezones, para responder. —Hola —dijo, preguntándose quién lo llamaría tan temprano en la mañana. Era un número equivocado.
El pastor podría haber vuelto a acostarse, pero, en lugar de ello, siguió hablando con el hombre del teléfono acerca de la necesidad de tener una relación personal con Dios. Eso era justo lo que el hombre necesitaba oír. Unos minutos más tarde, estaba agradeciendo al pastor.
—Usted realmente me ayudó esta mañana —dijo.
El hombre contó a un amigo cómo había marcado un número equivocado y había recibido ayuda espiritual de un hombre de buen corazón. El amigo decidió llamar al Pastor Hall, y a su vez se lo contó a otro amigo. El ciclo continuó, y ese día el pastor Hall recibió 19 llamadas más.
Ese fue el comienzo de su ministerio telefónico. Pronto, estaba recibiendo más de dos mil llamados por semana. Gente rica, gente pobre, gente famosa, gente desanimada; todos querían hablar con el pastor Hall de asuntos espirituales.
El pastor tuvo que hacer que instalaran más teléfonos, y el ministerio telefónico se convirtió en un proyecto de tiempo completo. Durante los siguientes once años, antes de que muriera en 1951, el pastor Hall habló con, por lo menos, setecientas mil personas. Y todo comenzó con un número equivocado.
El Señor misericordioso, cuando dice que nos cuida “como a la niña de sus ojos”, quiere decir que mantiene a sus hijos cerca de Él y puede protegernos tan fácilmente como nuestros párpados protegen a nuestros ojos. Él hace esto porque se interesa de nosotros. Él tiene un amor paternal y protector; las descripciones bíblicas de su amor son muy claras y contundentes. ¡Dios nunca te abandona y se aleja de ti. Él te busca, quiere ayudarte y estar contigo por toda la eternidad! Amén.
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