¿TE SIENTES EL PEOR PECADOR DEL MUNDO?

 

¿TE SIENTES EL PEOR PECADOR DEL MUNDO?

 

El año 2005, en la ciudad de Sucre, visité a una familia que habían dejado de asistir a la iglesia. Lo raro era que, de repente toda la familia dejó de asistir... Antes siempre estaban presentes en las reuniones, si faltaban los papás, los hijos estaban presentes… Cuando llegué a su casa, me recibió el papá con desinterés y se notaba un poco de vergüenza en su rostro.

Me dice: “pase pastor.” Me alcanzó una silla para sentarme y luego les dije que fui a animarles y orar por ellos, el me responde: “Pastor, ya no es necesario que venga y no pase su tiempo en vano…”  Con sorpresa le pregunté, el porqué de esa decisión repentina. Recuerdo muy bien esas palabras, como si fuera ayer: “El evangelio no es para mí, mucho fallo y sigo fallando… siento que ya estamos condenados al castigo eterno… No sé, qué decir, estamos confundidos… Prefiero estar como antes, antes no sentía este remordimiento como ahora siento en mi corazón…”

¿Cuantas personas que han decidido entregar su vida a Cristo, se encuentran en esa situación? ¿Tú también estás desanimado?... Seguramente has escuchado mensajes y consejos que te han frustrado más. Como por ejemplo, “deben ser perfectos para seguir a Dios, tienen que hacer muchas cosas más…” y para que tenga peso lo que dicen, aumentan diciendo: “Si no eres perfecto no agradas a Dios…”, Ese mensaje te ha llevado al fracaso. Por querer hacer algo más para tapar un poco tu conciencia te ha salido mal, te has decepcionado de ti mismo.

¿Es verdad que los cristianos no fallan? ¿No tienen errores? ¿No sufren? ¿Todo es “color de rosas” y solo tienen felicidad? ¡No!... Somos humanos como todos los seres mortales ¿verdad? y no somos extraterrestres… Todos sufrimos y sentimos dolor como cualquier ser humano… Mucho más, los cristianos fieles estamos enfrentados cada día en la lucha… Como un pastor decía: “los problemas nos llegan gratis y de repente”. Pero, el cristiano no está solo tiene a su lado a Jesucristo, una poderosa ayuda que da fortaleza para soportar cualquier dificultad y Él mismo da la salida a cualquier problema que venga. (Salmos 91:1-16; Mateo 11:28). ¡Todo llega a su tiempo!

 


Muchos se han perdido por desconocer esa verdad, queriendo emplear sus fuerzas se han perdido más. Muchos se han desanimado y se han encontrado en una desesperación... Muchas veces he escuchado decir: “Esta mañana me he enojado y me he dado cuenta que he hecho mal y he dicho a Dios, nunca más voy a renegar y pasa una hora, otra vez estoy fallando… No sirvo para ser cristiano.” Si fuera así, ¿quién se salvaría? ¿Quién cumple el cien por ciento los mandamientos de Dios? ¡Nadie!:Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.” (Santiago 2:10).

Te hago nuevamente esta pregunta: ¿Quién no tiene error o falla en este mundo? La palabra de Dios, dice: “… ¡No hay quien haga lo bueno! ¡No hay ni siquiera uno!” (Romanos 3:12). ¡Todos fallamos! Pero, la buena noticia es que, hay una sola persona en el mundo que es perfecto, sin pecado: Él es nuestro Salvador Jesucristo. Él ha cumplido toda la ley, ha pagado nuestra deuda en la cruz  y ha venido en nuestro rescate. Lucas 19:10, dice: “Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.” Todo esto es un regalo de Dios: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.” (Efesios 2:8).

No estamos solos, abandonados y huérfanos. La palabra de Dios, dice: “Asimismo, a pesar de que somos débiles, el Espíritu viene en nuestra ayuda…” (Romanos 8:26). ¡Qué noticia más refrescante! ¡Dios viene a ayudarnos en nuestra debilidad, viene en rescate de sus hijos que ama! No los abandona en su sufrimiento y debilidad para siempre. Estos son las BUENAS NUEVAS para todo ser humano que quiere vivir en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Dios no es hombre, no piensa como nosotros, Él es Dios soberano e infinito; totalmente diferente, también en lo que Él hace. El ser humano siente tener debilidad dentro de él, aunque Dios nos ha dado un nuevo conocimiento espiritual, a veces todavía nos comportamos como si fuéramos ciegos. No podemos ver la enseñanza más clara en la Palabra… Aunque estamos viendo fundamentos sólidos de aliento frente a nuestros ojos, justo lo apropiado para nosotros pobres pecadores, pero es como si no viésemos.

Nos comportamos como una persona que está frente a un muro, que no ve. Si bien Dios nos envió a Su Hijo lo más grandioso y precioso, a veces todavía nos conducimos como si Cristo no existiese, y como si tuviésemos que comparecer ante Dios en nuestra propia justicia. Si bien Dios nos ha dado muy firmes fundamentos para nuestra esperanza de salvación, muchas veces mostramos tan poca esperanza e interés, pasamos mucho tiempo sin pensar en ella para nada, en la eterna gloria hacia la cual estamos caminando y poco a poco nos acercamos.

Aun leemos la palabra de Dios, como si fuera otro libro más de historia o lo peor otro libro más de fabulas. ¡Qué triste! ¿Verdad? Esa esperanza a veces nos parece más que una ilusión del corazón o de nuestros anhelos… Nos comportamos como si para nosotros todo habrá terminado cuando morimos, aun viendo tantos ejemplos que nos ha dejado nuestro Señor Jesucristo, cuando esta vida llegue a su fin…

 


¡Despierta hermano, tenemos la más maravillosa esperanza para el futuro! La vida para nosotros no acaba aquí, más la vida maravillosa comienza después de la muerte... Sonríe hermano, porque el lugar que nos espera es maravilloso y no se compara por nada con la vida de este mundo: “… ¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más.” (Apocalipsis 21:3-4).

Sabiendo todo esto, la oración debiera ser siempre el privilegio más querido para los hijos de Dios, en ocasiones nos sentimos cansados de orar, y si oramos, en medio de nuestra oración tenemos malos pensamientos. Todas esas cosas, sin duda, son debilidades. Pero, no olvides, nuestro amado Salvador viene en rescate, por medio de su Santo Espíritu: “Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras”. (Romanos 8:26), solo escucha a ese llamado, no tapes tus oídos: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” (Apocalipsis 3:13).

Nuestra debilidad sin lugar a dudas, nos hace desesperar. Por eso el apóstol, dice: “¡No desesperen! ¡Tenemos un Consolador! El Espíritu mismo...” Este Espíritu es el gran Consolador, Guía y Abogado. Cuando la Biblia habla de un consuelo, ¿Qué te hace imaginar? Cuando estás llorando, viene y pone su mano sobre su hombro y te dice: “Aquí estoy, no llores, todo va a salir bien…” ¿Alguna vez has sentido fortaleza en tu sufrimiento, como si alguien te estaría diciendo que todo va a salir bien? ¡Es Dios en su infinito amor a nuestro lado! También, el Señor puede utilizar a otras personas para animarte. (Juan14:16,26; 15:26; 16:7).

Las promesas gloriosas que Jesucristo les dio a sus apóstoles, hoy en día se hacen realidad en nosotros. Les aseguró que aunque los dejaba, no los dejaría solos y sin consuelo. Con toda seguridad lo volverían a ver a Él por medio de su Santo Espíritu, y recobrarían un gozo, que ya nadie más les podría quitar. Les aseguró, que en la casa de su Padre había muchas mansiones, y que Él estaba yendo a prepararles un lugar; que ellos conocían el camino, que era Él mismo; y que Él volvería y los llevaría a ese lugar hermoso (Juan 14:1-3).

Apreciados hermanos, no estamos abandonados a nuestra suerte… Dios está a nuestro cuidado, y nuestra victoria no depende de nuestras fuerzas (en cuyo caso estaríamos completamente perdidos), el Espíritu mismo nos ayuda en nuestras debilidades… Que alegría saber que no estamos solos, hay alguien más poderoso que cualquier demonio, él es nuestro Salvador Jesucristo; aún los ángeles están a nuestro servicio: “Por lo tanto, los ángeles solo son sirvientes, espíritus enviados para cuidar a quienes heredarán la salvación.(Hebreos 1:14). Y también dice: “Pues él ordenará a sus ángeles que te protejan por donde vayas.” (Salmos 91:11).

A continuación, te dejo meditar en estos hermosos textos de la palabra de Dios y quiero que saques conclusiones por ti mismo. ¡Ten fortaleza en el Señor y todo saldrá bien! No te desesperes todo llega a su tiempo:

“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7)

“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” (Isaías 41:10).

“Depositen en Él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.” (1 Pedro 5:7).

 “Te exaltaré, mi Dios y Rey, y alabaré tu nombre por siempre y para siempre. Te alabaré todos los días; sí, te alabaré por siempre. ¡Grande es el Señor, el más digno de alabanza! Nadie puede medir su grandeza.” (Salmos 145:1-3).

¡Alabado y bendito sea nuestro Salvador Jesucristo, para siempre! ¡Aleluya! Amén.

(Mensaje escrito en base al Devocional CADA DIA CON DIOS).



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