CÓMO VENCER EL DESCONSUELO
El 20 de Julio
fue un día triste, ese
día recibimos malas noticias, humanamente hay un desánimo y eso es normal,
tenemos sentimientos que nos afectan en gran manera… nos pone en una situación
de imposibilidad de hacer algo para ayudar a nuestro seres queridos; a nadie le
gusta recibir noticias malas… Pareciera que no hay una luz que brille en ese
momento… Ese día fue preocupación, lágrimas y clamor a Dios.
Solo para citar
lo que pasó ese día: Fue el entierro de una hermana de mi congregación, no pude
llegar para celebrar su entierro, por el bloqueo del transporte. Luego la
muerte de un sobrino en Buenos Aires argentina y por último, mi cuñado se pone
mal con Covid 19, nos cuentan que esa mañana está con oxígeno y para el día
siguiente falleció, partió a la presencia de Dios.
Salen lágrimas
de impotencia y dolor, viene un fuerte desconsuelo… De eso quiero hablarles, el
desánimo nos roba la paz, la alegría y el contentamiento, como popularmente decimos:
“nos pone en los suelos”. La carne así reacciona y nos hace preguntar: ¿Dónde
está Dios, justamente en estos momentos? ¿No podía ayudar a su hijo? Y otras
interrogantes, aun pensamos que estamos solos.
A pesar de esos pensamientos,
en esos momentos dolorosos, “¡Dios está a tu lado y no te ha abandonado! ¡Él sigue
siendo tu única ayuda!”... ¡Todo está bajo control del Dios Todopoderoso,
creador del cielo y la tierra!
Pero, ¿Por qué
está pasando todo esto? Una de las razones que da la palabra de Dios es, a
causa del pecado que entró al mundo por medio de un hombre (Adán y Eva) “Cuando
Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte,
de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron.”
(Romanos 5:12), todo la humanidad está corrompida y va de mal en peor… Y la otra
de las razones es, que la venida del señor está cerca, Jesucristo dijo que
habría estos señales antes de su llegada: pestes (epidemias), guerras, hambre,
terremotos, etc. (Mateo 24:1-51).
Dios nunca nos
dejaría solos, para Él somos criaturas preciosas, una muestra clara: Por amor envió
a su único Hijo para rescatarnos (Juan 3:16)… Este mundo va de mal en peor, así
continuará hasta su término final. Nosotros somos pasajeros (peregrinos), nuestro
hogar verdadero nos espera en un lugar hermoso que no nos imaginamos en su
cabalidad.
La palabra de
Dios, dice: “… ¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con
ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda
lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas
esas cosas ya no existirán más.” (Apocalipsis 21:1-4 NTV).
En estos días
difíciles que nos toca vivir, vivamos con nuestra mirada espiritual puestos en
Cristo Jesús, en el autor de la vida (Hebreos 12:2)… Que no se apodere en
nosotros la desesperación y el desánimo... Si Dios quiere llevarnos, lo hará; ¡Somos
forasteros en esta tierra! Él está a tu lado para ayudarte y no te va a dejar
solo, trata de escuchar dentro de tu corazón, estas palabras: “No tengas
miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas,
yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.” (Isaías 41:10
DHH).
Jesucristo mismo
antes de irse, sabiendo lo que teníamos que enfrentar en estos tiempos difíciles,
nos ha dejado palabras de fortaleza, no nos dijo que no íbamos a sufrir, más
bien nos dijo en esos momentos de desconsuelo Él va a estar a nuestro lado: “No
dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen
también en mí. En el hogar de mi Padre, hay lugar más que
suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles
un lugar? Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre
estén conmigo donde yo estoy.” (Juan 14:1-3 NTV).
Dejaremos el
desánimo a los pies de Jesucristo y descansaremos plenamente en Él. En vez de
entregarnos a la autocompasión o conmiseración, decidiremos creer en lo que
Dios ha hecho y nos ha prometido. ¡Reposar plenamente en Jesucristo es tener
paz en el corazón! Cristo mismo nos dará la salida, con Él saldremos
triunfantes de este sufrimiento.
Cada vez que
ocurran grandes desastres son legítimas las preguntas: ¿Por qué permitió el
Señor que sucediera? ¿No pudo haberlo impedido? La muerte de un ser querido y
la destrucción que está causando la pandemia, nos ponen en una situación de
incertidumbre, peor cuando algún cristiano te ha dicho que los seguidores de
Cristo no sufren, y nos hacen buscar explicaciones en cuanto al desconsuelo.
Muchas veces
respondemos a nuestras preguntas basados en estos pensamientos: “Soy su hijo
debería ayudarme”, “Soy fiel a la iglesia, ¿por qué no me ha ayudado?”, “He
pecado por eso me está pasando este mal.” Ninguno de estos argumentos, son ciertos
para que ocurra este mal. El mal entró en el mundo por causa del pecado: “Por
tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Romanos
5:12).
Los creyentes en
Cristo tenemos la Biblia como guía, cuando luchamos con estos asuntos y en
ninguna parte de la Biblia nos muestra, por cometer alguna falla nos ocurre
todo esto, en ese caso ya estaríamos muertos mucho tiempo atrás, porque cada
momento fallamos delante del Señor.
Tampoco Dios nos
dice, que no vamos a tener problemas o enfermedades: “Entonces Jesús dijo a sus
discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y TOME SU
CRUZ, Y SÍGAME.” (Mateo 16:24). Para nuestro Señor Jesucristo llevar la
cruz hasta el calvario ha sido muy doloroso. Y también dijo el Señor: “Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. EN EL MUNDO TENDRÉIS AFLICCIÓN;
pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33). ¿Qué nos queda
hacer? Solo descansar en el regazo de Jesucristo, en la persona que ha vencido
al mundo.
Debemos evitar
obligar a Dios a actuar como creemos que debería hacerlo. El Señor nunca se
quedará dentro de los parámetros que nosotros le fijemos o le ordenemos. Claro
dice en la oración del Padre Nuestro: “… Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra.” (Mateo 6:10). Si decimos que se haga Su
voluntad, debemos esperar en quietud, lo que va a hacer el Señor como Él ve lo que
es mejor para nosotros.
Querido hermano
si te sientes hoy entristecido no te sientas avergonzado, pues grandes hombres
de la biblia también experimentaron el desánimo, por ejemplo: Josué el gran
conquistador de Israel (Josué 7:7), Elías el profeta de fuego (1 reyes 19:3-4)
Es normal sentir desánimo o desconsuelo en algún momento de nuestra vida, lo
que no es normal es que siempre vivamos deprimidos, Dios comprende que te
sientas desalentado porque las cosas no salen como tú quieres, Él comprende que
te sientes así… Por eso, Él quiere que vayas a sus cariñosos brazos para que
descanses, el Señor misericordioso no quiere verte desanimado siempre.
Ahora veamos lo que
le dijo el Señor a esos dos personajes cuando la desesperación llegó a sus
vidas: ¡A Josué le dijo levántate!!! (Josué 7:10) ¡A Elías le dijo levántate!!!
(1 reyes 19:5)
Y hoy el Señor te dice: “Levántate”... Apreciado hermano levántate mira a
Jesucristo y cobra ánimo, Él te espera para ayudarte. Él es tu fuerza. Como el
Apóstol Pablo, dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13).
Levantémonos y
dirijamos nuestra mirada a la persona que murió en nuestro lugar y está a
nuestro lado para darnos fortaleza. Reconozcamos nuestros desánimos y levantémonos
dirigiendo nuestros pasos a los pies de la cruz. La invitación está hecha: “…
dijo Jesús: Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas
pesadas, y yo les daré descanso.” Amén.
Querido Hermano René el mensaje que publicaste realmente son palabras de consuelo y de fortaleza la confianza que debemos tener al Señor es como tener un pasaporte al Cielo
ResponderBorrarAmén. Muchas bendiciones de nuestro Señor Jesucristo, ánimo y fortaleza en el Señor Todopoderoso.
ResponderBorrarQue hermoso mensaje ,gracias hermano Rene por compartir la palabra
ResponderBorrarAmén. Muchas bendiciones de nuestro misericordioso Salvador Jesucristo
BorrarGracias hermano René, un mensaje muy oportuno para éste tiempo tan difícil. Dios lo bendiga
ResponderBorrarAmén. Muchas bendiciones de nuestro misericordioso Salvador Jesucristo
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