EL DIVORCIO, CONSECUENCIAS PARA LOS HIJOS
EL DIVORCIO, CONSECUENCIAS PARA LOS HIJOS
Cuando tus hijos sean grandes o
adultos, ¿Cómo les recordarán? Cuando alguien o el enamorado(a) pregunta de sus
progenitores, ¿que responderán?... Se sentirán avergonzados y vendrá el
sentimiento de rechazo y lo peor, cuándo vienen problemas en su matrimonio, ¿Cuál
será el patrón o guía para la solución?
Es muy difícil contestar
con sinceridad, cuando uno está con la “cabeza caliente” (Cuando la ira domina
el corazón).
Las consecuencias son mucho más que
las causales y son devastadoras: Aunque la desgracia viene para los que se van
a divorciar, pero, los más perjudicados con el divorcio son los hijos, es lo
que vamos a enfatizar en este mensaje.
Los afectados, no solo son para aquellos
niños pequeños, sino también, los afectados son los jóvenes, ellos experimentan
una confusión de sentimientos que contienen sensación de vacío, desaliento,
desilusión y rabia por sus padres y en algunos casos la rabia es por ellos
mismos, piensan que son culpables de la separación de sus padres.
Muchos de estos niños o jóvenes,
cuando llegan a la edad adulta, cuando quieren contraer matrimonio, tienen
temor que les pase lo mismo que pasó con sus papás y deciden a la unión libre, para
que en un determinado tiempo si no funciona la relación, se separan. Todo esto
porque no han tenido un buen ejemplo de guía que debería partir de sus padres.
Alguien dijo: “De padres divorciados
tienden a seguir el mismo patrón.”
Muchos escritores y consejeros familiares coinciden, que para los jóvenes es tan difícil digerir esta cruda realidad, mucho más difícil todavía que los pequeños niños entiendan lo que está pasando con sus padres.
Cuando ven la casa vacía, saber que
uno de sus padres ya no está más en casa, y que el único tiempo que tienen para
compartir con el progenitor ausente es limitado, porque el padre que se fue,
llega a la casa como visita, como una persona ajena a su propio hogar. Si
quiere ver a sus hijos, ahora tiene que tocar el timbre de aquella casa que antes
fue su hogar.
Esa visita, aunque trae felicidad a los hijos, no es completa felicidad, porque siempre habrá un vacío, en el lugar donde ocupaba uno de sus padres en el grupo familiar donde antes había estado completo.
Otro de los aspectos que vemos con
tristeza, es cuando el niño o la niña está en el colegio, le va a afectar demasiado,
especialmente en su rendimiento escolar y no puede relacionarse fácilmente con
sus compañeros (se aísla del grupo), esos dramas solo conocen los profesores. Y
lo peor de esta tragedia, observan con tristeza caminar a sus compañeros con
sus dos papás felices sonriendo, mientras que ellos se ven siempre solos, con
uno de sus padres. Sufren, en algunos casos lloran solos y hace que su amor
propio se desvalorice demasiado.
Ese trauma que se ha causado por el divorcio, afectará en todas sus actividades de su vida. Les persigue el fracaso o les impide levantar vuelo en todas sus actividades. Viene el pensamiento que les atormenta: “Y si me va mal.” Lo triste del caso es, cuando estas personas forman su propio hogar, tienen miedo que su matrimonio no va a funcionar, cada vez que en la pareja se presenta un problema igual o similar, viene el recuerdo amargo que pasó con sus padres y el temor que todo acabó.
Por eso, ningún divorcio es justificable y mucho más cuando hay hijos de por medio, a menos que exista violencia doméstica. En estos casos donde la violencia es inminente y el daño es palpable; que no se puede sostener o continuar juntos, la víctima tiene que armarse de valor y denunciar a las autoridades competentes y abandonar el hogar inmediatamente.
No estamos a favor de ninguna
violencia en la familia. Esa es la única circunstancia en que los hijos dirán
que es necesario la separación de sus padres, más aún, ellos van a aplaudir la
dignidad de la persona que no se prestó para esa desgracia tan mezquino. Ese
sería el único caso que no dejará rastros tan dolorosos en los hijos.
A todo esto, uno se
pregunta: ¿Habrá solución para este mal? ¡Sí, hay solución!!! Hay una luz de
esperanza. Tu que no estás divorciado, pero, estás con miras de separarte, no
lo hagas. Te invito a acudir al autor del matrimonio: Dios. Quiero que me digas
con sinceridad: ¿Quién creó el matrimonio? (Génesis 2:18), ¿Quién unió a la
pareja en matrimonio? (Génesis 2:24), ¿Podrá el hombre separar esta unión?
(Marcos 10:9).
Entonces, ¿a quién
tenemos que ir en busca de ayuda? ¡A Dios! Él es Todopoderoso y misericordioso
para perdonar… Él va a guiar todo el proceso de restauración del matrimonio que
está en peligro de separación. Él es quien lleva a feliz término nuestra
relación. Busquen a un consejero familiar cristiano. No se rindan, en Dios
siempre hay una esperanza viva. A veces hasta la razón se nubla, cuando hay
problemas y no encontramos la salida. Pero, un consejero familiar le guiará al
camino correcto.
Hay solución para todo problema, el mismo Señor Jesucristo, quien dio su vida por ti, te invita ir a Él: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28).
Para los que ya viven separados, pero la separación es reciente. Me
gustaría, primero que nada, busquen un consejero cristiano para recibir guía,
según la palabra de Dios... que buena decisión delante de Dios y para los hijos
es que vuelvan y reconcíliense, dejen a un lado el orgullo y entreguen sus
vidas a Dios… Para un ser vivo siempre habrá esperanza, solo la muerte no tiene
solución.
Para los que están
separados y no hay posibilidad de volver a unirse o reconciliarse, deben pensar
en los hijos, los más importantes son ellos, tomar más atención, mucho más, porque
es una responsabilidad de los padres el bienestar de los hijos para el futuro
de ellos…
Quieran o no, deberán tener
buena comunicación y mi consejo es constantemente conversen por el bienestar de
los hijos y programen algunos encuentros, como: paseos al parque, almuerzos o
cenas, algún deporte juntos y en el día más importante para ellos: Los
cumpleaños, promoción, graduación y también estar juntos cuando están enfermos.
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