¡CRISTO ES MI ÚNICA ESPERANZA!
¡CRISTO ES MI ÚNICA ESPERANZA!
Para muchos el año que ha pasado no ha sido de
lo mejor que digamos; por muchas circunstancias de la vida, han perdido la
esperanza. Este nuevo año, algunas de esas personas han vuelto a comenzar sin
ninguna expectativa. La dificultad es que, sus vidas estaban más enfocadas
principalmente en lo terrenal y no en la eternidad, con la misma pregunta
acostumbrada: ¿Qué me deparará este nuevo año?
Estamos viviendo al azar sin ningún propósito,
enfocados en la casa, en el trabajo, en el vehículo, en la sanidad de una
enfermedad, en el pago de nuestras deudas, etc. Y eso no es algo malo, pero no
podemos perder de vista esa gran verdad espiritual de la cual la palabra de
Dios nos habla: ¿Hay esperanza para nuestras vidas? ¡Sí, hay esperanza! La
fortaleza y felicidad vienen de Dios.
Estamos un año
más cerca del regreso de nuestro Salvador, y todo lo que hemos hecho así como todo lo
que hemos dejado de hacer será determinante en ese momento como nos lo dice la
palabra de Dios: “Miren, Yo vengo pronto, y traigo la recompensa
conmigo para pagarle a cada uno según lo que haya hecho.” (Apocalipsis 22:12). Busquemos mientras estamos vivos todavía: “Busquen
al Señor mientras puedan encontrarlo; llámenlo ahora, mientras está
cerca... Que se vuelvan al Señor, para que les tenga misericordia. Sí,
vuélvanse a nuestro Dios, porque él perdonará con generosidad.” (Isaías 55:6-7).
Con muchas personas que me ha tocado conversar
acerca de la salvación, la mayoría dicen, que son buenas personas: Van a la
iglesia, dan aportes significativos a la congregación, ayudan a los pobres y
además ayunan, y en conclusión, dicen: “¿Hago
buenas obras, Dios me aceptará o no?”… Está bien, que tengamos buenas
obras. Pero, las buenas obras son la consecuencia de ser salvos y no para ganar
la salvación.
Esas buenas obras parecen sanar un poco
la conciencia y, quieren sustituir a la obra de Cristo… Por ejemplo, cuando
sentimos culpabilidad por algo que hicimos y nos sentimos muy mal, nos
encontramos en apuros y queremos maquillar o tapar esa culpa con nuestras
obras, queremos siempre agregar algo más a la perfecta obra de Cristo, tratando
de conseguir paz en nuestro corazón.
Cuando la conciencia nos remuerde, es en
ese momento cuando pensamos en posibles sacrificios y penitencias, tratamos de
hacer algo más para tapar esa culpa; como si Cristo hubiese hecho una obra a
medias: “… por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios
2:8-9).
Cristo es la esperanza, para toda persona que reconoce que es pecador perdido y que reconoce también la necesidad de estar en paz con Dios. Él hizo una obra perfecta y completa; no podemos añadir nada como medida de pago. La palabra de Dios, dice: “… Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios… porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” (Hebreos 10:12-14).
Al pecador que insiste
y se esfuerza en realizar buenas obras para justificarse a sí mismo, no le
sirve de nada el Salvador Jesucristo y la gracia de Dios. Quien confía en sus
propios méritos, peca en pensamiento, palabra y obra por el solo hecho de
procurarlos; ofreciendo sacrificios y penitencias, con esa intención, rechaza
el único sacrificio aceptable por el pecado: EL SACRIFICIO DE CRISTO.
Se convierte en un
falso “cristiano”, engañado e ilusionado con sus propios méritos, confiando en
su aparente comportamiento. Pero, si toma el camino correcto de ir en busca de
ayuda, a refugiarse en el único Salvador -JESUCRISTO- quién es perfecto y
cumplió todas las exigencias de Dios, encontrará descanso, gozo y paz en su
corazón.
Muchos no han logrado
la paz con Dios, por el camino de la falsa apariencia cristiana. Su problema es
que nunca lo permiten lo que dice Dios en Su palabra, ni dejan que nadie les
explique. ¡Ojalá puedan prestar atención a la palabra de Dios! ¡Escuchar
siquiera una vez!
Despierta y mira una vez más aquella cruz del calvario, la obra perfecta de Cristo… Tengo “Buenas Noticias” para ti, de parte de Dios. ¡Hay esperanza! Hoy tienes una bonita oportunidad para aprovechar. Ya no tienes que sufrir lejos de Dios, desesperado y resignado sufriendo sin esperanza; Cristo Jesús ya lo hizo todo en tu lugar, Él pagó las deudas ante Dios, hizo esa obra por amor.
Es bueno que reconozcamos
que somos pecadores perdidos, eso es lo que hace la ley de Dios en nosotros, nos
muestra la maldad de nuestro corazón y nos hace comprender que somos de
“sobremanera pecadores perdidos, condenados a la muerte”. En estos casos,
nuestras buenas obras no nos sirven de nada.
Hoy surge una luz
agradable allí en el horizonte, donde murió el Hijo de Dios y se escucha esas
palabras de amor: “Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen…” (Lucas 23:34)
El Espíritu Santo de Dios nos muestra al autor de estas hermosas palabras y es nuestra
única esperanza: CRISTO. Qué alivio: “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que
ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquél que en Él cree, no se pierda,
más tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
Qué hermosa noticia
para ti y para mí ¿verdad? Cristo ha pagado toda nuestra deuda, somos salvos
solamente por la obra perfecta de Cristo. Por eso la invitación personal del
mismo Señor, es: “… Vengan a mí todos los que están cansados y
llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.” (Mateo 11:28
NTV). Escucha y corre a los pies de nuestro
Salvador Jesucristo, Él te está esperando con brazos abiertos para perdonarte y
darte paz en tu corazón. Amén.
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