EN LA NAVIDAD BRILLA LA ESPERANZA
EN LA NAVIDAD BRILLA LA ESPERANZA
Gracias por los comentarios que he
recibido, especialmente por el último mensaje. Y tienen razón ha sido un mensaje
muy fuerte, justo en el mes donde esperamos las buenas noticias del nacimiento
de nuestro Salvador Jesucristo: “La Navidad”. No es cómodo recibir una
exhortación, mucho más sabiendo que, en estos últimos tiempos recibimos más noticias
malas que buenas, eso nos afecta; desde luego, la exhortación viene de una
persona que nos ama y se interesa por nosotros.
Pero, aunque ha sido duro recibir este
mensaje, vale la pena aceptarlo. Es una llamada de atención de un Padre que nos
ama. Él no quiere que suframos, quiere que vivamos en paz, por eso cada vez que
estamos por desviarnos por el camino equivocado, nos reprenderá para hacernos
volver a Él. Dios sigue siendo el mismo, lleno de amor y misericordia. No te
imaginas cuanto te ama, la prueba más clara es el sacrificio de su único Hijo
en la cruz, allí pagó nuestras deudas. Lo que no pudimos cumplir, lo hizo
Cristo en lugar nuestro.
Uno de los textos de la Biblia, que me
encanta leer una y otra vez, justo en estas fechas importantes, se encuentra en
Romanos 8:32, dice: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”
Al leer estas hermosas palabras, nuestros
corazones, tienen que rebozar de gozo. Porque aquí tenemos una prueba del
incomparable amor y misericordia de Dios. Y la prueba de ese amor, dice el Apóstol,
consiste en que: Por nuestra causa, Dios no ha retenido a su propio Hijo, sino
que ha enviado en rescate de la humanidad: “Pues Dios amó tanto al mundo que
dio a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino
que tenga vida eterna.” (Juan 3:16 NTV).
Este es la gran noticia de la “Navidad”,
es lo que vamos a recordar el 25 de
Diciembre. ¡El nacimiento del Hijo de Dios! es el mensaje de amor, lo que necesitamos
escuchar para nuestras vidas. Pero también es lo que menos solemos recordar. En
estas fechas la gente estará más ocupado en preparar: Regalos, fiestas y viajes.
Muchos olvidarán el verdadero significado de la Navidad, el regalo más precioso
para nuestras vidas: “LA SALVACIÓN”.
El apóstol dice, que Dios nos ha dado a
su propio Hijo. Al utilizar la palabra “propio”, aclara que Cristo es el Hijo
de Dios según su naturaleza, para distinguirlo de quienes somos hijos de Dios
por gracia y por adopción. Este desprendimiento nos demuestra el inmenso amor
de Dios. Si Él nos hubiera dado un ángel, o un ser humano altamente calificado,
eso no habría sido rescatarnos para vivir con Él, ni nos hubiera dado “todas
las cosas” donde está preparando, para cada uno de nosotros (Romanos 8:32).
La gracia de Dios es más grande que todo
lo demás. Por eso, el apóstol dice con toda seguridad: “¿Cómo no nos dará también con Él
todas las cosas?” ¡Alabado sea Dios! su palabra es clara y verdadera.
Cristo es el unigénito Hijo de Dios, prometido desde el comienzo del tiempo. El
mensaje de los ángeles, la noche que nació Cristo: “… No temáis; porque he aquí os
doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad
de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis
al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre...”
Si fuésemos realmente capaces de creer
que Dios nos ha enviado a su propio Hijo unigénito a nosotros, seguramente
seriamos dominados por el asombro, el gozo y el amor. ¿O puedes tú creer esto y
dudar todavía de la gracia y misericordia de Dios? ¿Puedes creer que Dios ha
enviado a su único Hijo para salvarnos, al mismo tiempo dudar de la suficiencia
gracia y amor?
Cuando estas cosas son reales y
verdaderas para nuestros corazones, entonces somos benditos. Y no tenemos
palabras suficientes para alabar dignamente a Dios por su amor, porque Él, para
nuestra redención, no ha escatimado a su propio Hijo, sino que lo ha enviado a
este mundo por todos nosotros. Por lo cual, en la Navidad alabemos con todas
nuestras fuerzas y con todo nuestro corazón: “!Gloria a Dios en las alturas, y en
la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14)
Estamos en una época muy linda, una
época tan esperada, estamos en tiempos de navidad, estamos en tiempos de
celebrar con gozo y con alegría el nacimiento de nuestro Rey, de alegrarnos por
la venida del Mesías prometido hace muchos años atrás: “… el Señor mismo les dará la
señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán
Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).” (Isaías 7:14, Mateo
1:23 NTV)
En estos días, es hermoso ver las calles
y las plazas llenos de luces y adornos navideños, observar en las casas y en
los centros comerciales las luces de la navidad, como muchos dicen se respiran
alegría en el ambiente. No es para poco, todos sentimos esa alegría, Cristo nos
reconcilió con el Padre. Desde que vino como niño, “Dios está con nosotros”
La navidad es la
más maravillosa historia de amor jamás contada, la navidad nos recuerda de lo
que Dios ha sido capaz por amor a nosotros: “Pero Dios mostró el gran amor que
nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos
pecadores.” (Romanos 5:8 NTV)
Ahora que
conocemos esta maravillosa historia de amor, podemos decir con alegría: ¡Dios
me ama!! ¡Soy importante para Dios! y si por amor pudo dar a su Hijo por mí, ¿cuantas
más bendiciones el Padre Celestial nos dará?: “El que no escatimó ni a su propio
Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él
todas las cosas?” (Romanos
8:32).
Amén.
Bendiciones pastor hermosa refleccion
ResponderBorrarMuchas gracias por las bendiciones. Nuestro amado Salvador Jesucristo, cada día renueve con Su fortaleza, en su corazón.
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