DIOS CORRIGE AL QUE AMA
DIOS CORRIGE AL QUE AMA
Un padre de familia, me dijo una vez:
“Lo que más duele en la vida es, cuando los hijos te ignoran y no te respetan… a
cualquier llamada de atención lo tomen como: Sin importancia, anticuado o más
bien, discuten con muchos argumentos a la defensiva, sin meditar y evaluar lo
que están recibiendo…”.
Un papá que ama a Dios, su corazón
siempre estará dispuesto a perdonar y abrazarlo nuevamente y mostrarle el
camino correcto. Desobedecer y no tomar en cuenta, las recomendaciones de los
papás, es una falta grave delante de Dios.
Quiero que lo leas detenidamente, los
siguientes textos de la Biblia y saques conclusiones para tu bien: “El primer mandamiento que contiene una promesa es éste: Honra a tu
padre y a tu madre, para que seas feliz y
vivas una larga vida en la tierra.” (Efesios 6:2). “El hijo sabio alegra a sus padres; el hijo necio los menosprecia.” (Proverbios 15:20). “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor,
porque esto es justo.” (Efesios 6:1.)
El modelo de padre que tenemos. es Dios.
Y ¿Qué pasa si desobedecemos sus mandamientos? Vamos a concentrarnos en: Salmos
89:30-33, dice: “Si dejaren sus hijos mi ley… entonces castigaré con vara su rebelión…
Más no quitaré de él mi misericordia.” Hay un alivio cuando dice, un
padre que ama a su hijo nunca quitará su misericordia, si nos arrepentimos y
volvemos a su amor y ayuda, siempre tendremos Su perdón.
“¿Qué significa esto? Significa, que los
hijos de Dios pueden caer en alguna falta de pecado, en ese caso Él sí los
castigará con vara su rebelión. Sin embargo, Dios, con su infinito amor dice
que, no quitará su misericordia. Él siempre estará con brazos abiertos para
abrazarnos y consolarnos.
La gracia es para todos los seres
humanos, Dios hizo ese pacto con su Hijo “Primogénito”: “Cristo nuestro
Salvador”. ¡En Él tenemos la certeza de nuestra salvación! ¡Él es nuestro
Redentor y abogado ante el Padre!... Él ha intercedido por nosotros, ha pagado
nuestras deudas, y ha satisfecho las demandas de la Ley, que no podíamos
cumplir. Por eso, por los méritos de Cristo, Dios no quitará su gracia, aunque
los hijos pequen.
Dice: “Sus hijos”. Esto quiere decir,
los que le pertenecen a Él, los que adoptó como hijos suyos, por medio del
bautismo y la fe. Los que confían en Él y dependen de Él, así como los hijos
confían y dependen de sus padres y buscan en ellos sustento y protección. Los
que tienen un corazón de familia y buscan en Él la justificación y el consuelo.
Los que no quieren apartarse de Cristo; los que reconocen sinceramente sus
faltas ante Él, y confiesan que no deseaban cometerlas. Estos son sus hijos.
Los hijos de Dios pueden desviarse y
pecar gravemente. Eso se indica con las palabras: “Si dejaren mi ley… y no
guardaren mis mandamientos…” ¿Qué hace Dios para hacer volver a Él?
Dice que castigará con vara su rebelión y con azotes sus iniquidades, pero no
quitará de él su misericordia.
¡Qué hermosas palabras! ¿Verdad?... Ante el Padre, vamos a tener siempre a Jesucristo
como nuestro defensor, que interviene en cualquier momento. ¡Mediador entre
Dios y los hombres!… Entonces, si estamos pasando por alguna prueba dura, corramos
de prisa a los pies de Jesucristo, a nuestro refugio seguro: “... Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios
amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en
la hora de necesidad.” (Hebreos 4:15-16).
Posiblemente eres cristiano y
sinceramente deseas vivir como un hijo de Dios. Pero vez en ti que tienes
muchos defectos, y dices que es inevitable que Dios te rechace, debido a tu
conducta tan deficiente. Pero, ¿Dios te rechaza? ¡No! Rosenius, dice: “Dios puede disciplinarte con vara y con
azote, para purificarte. Lo hará internamente, apelando a tu conciencia
cristiana. Y también externamente, mediante las pruebas, aflicciones y
dificultades que fueren necesarias.”
Dios quiere corregir tus faltas y
pecados. Para ello es necesario que Él utilice distintos tipos de pruebas
(varas y azotes). Sin embargo, Dios te ama y no va a quitar su misericordia de
ti, porque le prometió a su Hijo. La misericordia y la gracia de Dios no se
basan como eres tú, ni en tu conducta, ni en tus buenas obras; sino que, tienen
otro fundamento: Se trata del Hijo de Dios, Jesucristo. Tus pecados no pueden
impedir la misericordia de Dios. Si fuera así, la gracia no sería gracia.
Cuando sientas su vara y sus azotes en
tu vida, aun en medio de tu angustia puedes acudir y confiar en su
misericordia, aferrándote a sus promesas de eterna gracia en Cristo. Si has
pecado, y Dios tiene que disciplinarte con vara y azotes, no debes
malinterpretarlo pensando que Él está enojado contigo. ¿Por qué tenemos que
desesperarnos? Dios nos ha dicho de antemano que te corregiría por nuestras
transgresiones. En medio de ese proceso su misericordia sigue tan segura como
siempre. ¡Aleluya!
Pero, si no experimentas la disciplina
paternal de Dios en tu vida; si no sientes terrores y angustias, como azotes en
tu conciencia, sino que vives tranquilamente sin preocuparte por tus pecados,
practicando libremente algo que sabes que está mal ante Dios, entonces no eres
un hijo, sino un bastardo. En ese caso, estarías espiritualmente muerto, y
serías un hipócrita, una virgen insensata que se quedó sin aceite en su lámpara,
como dice en Mateo 25:1-13…
A muchos hijos de Dios les cuesta creer
lo que la Biblia dice, con respecto a la manera en que Él trata con nosotros. Apreciado
lector, corra a los pies de Jesucristo, Él te está esperando para darte
descanso: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les
daré descanso”. (Mateo 11:28); “Alabad a Jehová, porque él es bueno, Porque
para siempre es su misericordia.” (Salmos 136:1).Amén.
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