“Allí en el palacio del hogar cristiano”


¡Vosotros sois luz en este mundo…!

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“Allí en el palacio del hogar cristiano”

“LA FAMILIA”, es una de las instituciones, considerada la primera y la más importante de la sociedad. Últimamente esta institución sagrada, sufre. Hay dolor, sufrimiento y no encuentra una luz a donde guiarse o una puerta de salida para su solución. Vemos mucha violencia, asesinatos, suicidios y violaciones en el mismo núcleo familiar. Nuestros gobernantes dictan leyes aparentemente a favor de la familia. Pero, no funciona, la violencia va en aumento.

En el comienzo de este año, una de las noticias que ha conmovido nuestro país, fue de los padres de un bebé de 11 meses, que fueron aprehendidos por presuntamente haber flagelado al menor, hasta dejarlo con 80 días de impedimento. Este caso ocurrió en el Plan 3.000 de la ciudad de Santa Cruz, Bolivia. Y fue denunciado por la abuela del infante. Este bebé tenía fracturas en el hueso de la cabeza y la pierna derecha, producto de una golpiza que propinaron sus padres biológicos… (Bolivisión 8/02/2018).

¿Qué está pasando con la humanidad? ¿En qué tiempo peligroso nos encontramos? Ese pequeño niño ¿Qué culpa tubo, para sufrir nada menos a manos crueles de sus propios progenitores? Los que tenían que dar amor, protección y cuidado necesario, son los verdugos. A esa edad, no puede defenderse. Pensando en ese bebé salen lágrimas de tristeza. ¿Dónde está el problema? ¿Necesitamos leyes más duras? ¡No!

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El problema radica en el mismo corazón del ser humano. La palabra de Dios, dice: “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.” (Mateo 12:35). Dice también: Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre...” (Mateo 15:18-20).

En medio de los disparos indiscriminados de los valores distorsionados y falsos, que ofrece este mundo, la familia trata de sobrevivir a duras penas. Si la familia cristiana cae, el mundo y la sociedad se vienen abajo. Si la familia cristiana refuerza cada día sus principios en la palabra de Dios, aún existe esperanza para esas familias que sufren. Porque la familia cristiana está unido a la Luz de este mundo: Cristo. La palabra de Dios, dice: “Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seas hijos de luz.” (Juan 12:36)…

Es tan importante en una sociedad como la nuestra que, haya familias cristianas que prediquen las Buenas Nuevas de Jesucristo, la luz del evangelio penetre en el corazón de cada una de las mujeres y hombres de nuestra sociedad… La luz (el testimonio) de un cristiano, es muy importante para alumbrar:Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:14-16).

Parece que el salmista escribía proféticamente del hogar cristiano en el Salmo 48. Después de alabar la hermosura de la ciudad de Jerusalén (La iglesia en figura), dijo: “En sus palacios Dios es conocido por el refugio.” (Salmo 48:3). Cada hogar de la iglesia es un “palacio”. Allí en el palacio del hogar cristiano, Dios es conocido por refugio. Cual faro brillante que da dirección al marinero náufrago, y cual abrigo de la tempestad, nuestro pequeño palacio (hogar cristiano) puede servir de guía para la salvación de los vecinos.

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Somos misioneros en nuestra propia casa. Muchas veces una misión impresiona a otros más por lo que hace que por lo que dice. Así puede pasar también con el hogar cristiano. La conducta cristiana íntegra y respetuosa, sin palabras, es un testimonio poderoso para los vecinos. La Biblia, dice: “Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que, si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al observar su conducta íntegra y respetuosa.” (1 Pedro 3:1-2). Si una mujer sola puede convertir a su marido sin tan siquiera hablar, ¡Cuánto bien hará a la comunidad un hogar donde los dos cónyuges y los hijos son cristianos!

Como hogares cristianos, debemos unirnos y trabajar en el campo misionero, de nuestro hogar y vecinos. Padre de familia, reconoce que necesita la ayuda de Dios y los demás hermanos en esta obra muy importante. Cuando todos trabajamos unidos como hermanos bajo la dirección de Cristo, seremos bendecidos en la obra que realizamos en nuestra misión. Nuestro país necesita ver la luz de las Buenas Nuevas de Jesucristo; solamente un cristiano fiel puede alumbrarles.

La palabra de Dios, dice: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” En resumen: ¿Cómo conocerán a Jesucristo como su salvador, si los cristianos no anunciamos con nuestro testimonio? Y ¡Felices los que son instrumentos de Dios para llevar lo más precioso: LAS BUENAS NUEVAS DE JESUCRISTO! Amén.
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