¿UN HOGAR FELIZ…?
¿UN HOGAR FELIZ…?
El ejemplo
humano que se asemeja más a la felicidad que promete el cielo es el matrimonio
cristiano feliz. Más que cualquier otra cosa los padres desean que sus hijos
tengan buenos compañeros de vida. ¡Qué tragedia es cuando los jóvenes escogen
algo inferior a lo que Dios ya escogido para ellos!
Una chica quedó muy contenta al leer que una señora que oraba diariamente por las futuras esposas y esposos de sus pequeños niños. Oraba por su protección, por su salud, por su desarrollo espiritual y para que se guardaren puros para sus compañeros.
"Yo no esperaré hasta tener hijos, dijo la joven, yo oraré por mi compañero.
Oro pues por aquel joven, que sería alguna vez el compañero de su vida y porque algún día llegasen a conocerse.
Un asunto tan importante como éste es digno de oración no solo de los padres, sino también de los jóvenes mismos.
¡Dios está deseoso que deseemos que sea hecha su voluntad en todas las cosas!
Solo en Jesucristo encuentras un hogar
feliz. Si acudes al creador del universo encontrarás una enseñanza adecuada
para tu matrimonio… Para conocer, tienes que leer el manual del funcionamiento
de la vida, en “La Biblia” (La Palabra de Dios).
En estos últimos tiempos, todo el mundo
busca desesperadamente una solución a los problemas del hogar. Las estadísticas
demuestran la dramática situación del matrimonio, las separaciones y los
divorcios van en aumento. Según el programa televisivo de Bolivisión (La Páz –
Bolivia), en “Hora 23” del 1 de Agosto del 2017, dice que de diez matrimonios,
siete terminan en separación o divorcio… Todos buscan esa felicidad, pareciera
que solo existe en telenovelas. ¿Verdad?
Todos deseamos tener un hogar feliz.
Únicamente un loco alegaría que se casa para ser infeliz… El secreto de un
matrimonio feliz se encuentra en el manual de la vida, la palabra de Dios (La
Biblia). En ella encuentras enseñanzas que debes seguir, caminar por el camino
diseñado por Dios. La felicidad según el plan de Dios es, Cristo morando en el
corazón del hombre y la mujer, encuentras el fundamento para un hogar feliz.
Uno de los textos de la Biblia, con
consejos para un hogar feliz, se encuentra, en Colosenses 3:18-21, dice: “Casadas
estad sujetas a vuestros maridos, como conviene al Señor. Maridos amad a
vuestras mujeres, y no seas ásperos con ellas. Hijos obedeced a vuestros
padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a
vuestros hijos, para que no se desalienten.” Si toda la familia obedece y pone en práctica
estas recomendaciones, evitarían muchos problemas… En este texto hay consejos
para: La esposa, el esposo, los hijos y
los papás.
- Casadas: El rol de la mujer es la de estar
sujeta a su marido, no se trata de esclavitud, de ser la criada o de ser
anulada o maltratada; pero, sí de respetar a la cabeza de la familia que Dios
ha estipulado que es el marido. Con esto el marido no es mayor que la mujer,
sino que es guía en el camino de la vida. Es como la iglesia, la esposa de
Cristo está sujeta a la cabeza. La mujer está sujeta de forma respetuosa a su
marido.
- Maridos: La principal función del hombre en
el hogar es la de amar a su esposa, incluso si ella no se sujeta, es un amor
como el de Cristo a la iglesia, es decir, un amor sacrificial que buscará antes
el bienestar de la esposa que el del marido. Y este amor producirá que la
esposa alcanza un trato perfecto, cariñoso y adecuado.
- Hijos: El niño que nace y crece desea hacer lo que quiere y tomar sus decisiones, tener libertad para salir, entrar y ser independiente, pero en el modelo bíblico el hijo debe obedecer a sus padres, a aquellos que por su experiencia pueden aconsejarles mejor que nadie y el hijo debe no solo obedecer sino honrar a sus padres en todo momento.
- Padres: La función de los padres
probablemente sea la más difícil de todas, guiar, educar y criar a sus hijos,
acompáñenles en el crecimiento, pero también hay un punto en el que estar
atentos, no se les debe agobiar ni enfadar. Sin duda el hijo debe obedecer a sus
padres, pero los padres deben ser equilibrados, respetando a sus hijos y
guiándoles pero no sobrepasando los límites.
Cristo quiere entrar en su hogar, quiere compartir su
mesa, cuidar de sus hijos; quiere ser parte de su familia, bendecir su casa y
guiar el futuro de cada uno. Cristo es el secreto de la felicidad, y Cristo
debe estar en el corazón de cada integrante de la familia. Él debe ser Salvador
y Señor de la vida diaria. Cuando Cristo entra en el corazón el hogar es feliz,
es un pedazo de cielo en la tierra, porque la felicidad real está en Cristo
Jesús.
¿Está Cristo en su corazón? ¿Es su hogar un pedazo de
cielo? ¿Están todos en su hogar compartiendo ese pedazo de cielo? Quiera Dios
que así sea. Y que tu hogar feliz, junto con él mío y el de muchos otros, haga
de nuestra patria una patria mejor. El cambio en la sociedad comienza con el
cambio en el individuo y en su hogar.
No obstante, toda familia (aunque sea una familia
cristiana), tiene luchas y momentos difíciles. Vivimos en un mundo corrompido
por el pecado, donde nadie está exento de problemas. Dificultades económicas,
desempleo, separaciones forzadas por las circunstancias, muerte de un ser
querido, decisiones que a veces resultan desagradables… Todos sufrimos
tenciones y también las provocamos. Hay que recordar las palabras del Señor
Jesús cuando previno a sus discípulos: “En esta tierra les abundarán siempre las
pruebas y las tristezas, pero no teman, porque yo he venido al mundo.” (Juan
16:33).
Ahora bien, si quiere una familia alegre, feliz y
armoniosa, las cosas no sucederán instantáneamente de la noche a la mañana.
Debe buscar y procurar la felicidad conyugal y familiar. Debe dedicar tiempo a
los suyos. La familia feliz es el
resultado de la dedicación de los esposos a la búsqueda de la armonía familiar
en Cristo. Por lo tanto, ocúpese, trabaje con ahínco, asuma su
responsabilidad, ponga a Cristo en el centro de su hogar, y pronto se verán los
resultados. Amén.
Que Dios bendiga su hogar en este día y para siempre.
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