EL PERDON EN LA PAREJA
EL PERDÓN EN LA PAREJA
Cristo nos ha perdonado, solo por amor y no porque somos los mejores. ¡Ha
olvidado todos nuestros pecados porque nos ama! La palabra de Dios dice: “Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…” (Romanos
8:1). ¡Qué hermoso mensaje! “Feliz el hombre a quien sus culpas y
pecados le han sido perdonados por completo. Feliz el hombre que no es mal
intencionado y a quién el Señor no acusa de falta alguna.” (Salmos
32:1-2) (DHH).
Hay muchos hombres y mujeres, dicen
perdonar pero no olvidan la ofensa. En un rinconcito de su corazón, guardan con
doble llave las experiencias negativas, difíciles o dolorosas que han vivido en
pareja. Y, en el momento oportuno, abren el “cofre del recuerdo” y sacan lo
necesario para poner en evidencia su condición de víctimas y los argumentos
para chantajear a la pareja.
He aprendido con mucho dolor, no mantener
archivadas u ocultar las experiencias negativas. Guardarlo para después sacar,
a nuestra conveniencia, nos trajo mucho dolor de cabeza e infelicidad en la
pareja. No conviene guardar cosas negativas… Sacarlos del corazón y echarlos
fuera de nosotros, nos ha ayudado a ser libres y ser sanados por el Señor: “Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los
perdonará a ustedes su Padre celestial.” (Mateo
6:14) (NVI). “Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.” (Proverbios 28:13) (NVI).
Guardar resentimientos y rencores con nuestra
pareja, nos lleva a constantes problemas en nuestra relación y afecta a nuestra
salud, porque la amargura corroe el alma. El Salmista David, dice: “Mientras
no confesé mi pecado, mi cuerpo iba decayendo por mi gemir de todo el día… Como
flor marchita por el calor del verano así me sentía decaer… decidí confesarte
mis pecados y tú, Señor, los perdonaste… Tu eres mi refugio: me proteges del
peligro, me rodeas con gritos de liberación.” (Salmos 32:3-7) (DHH). Los
que guardan los resentimientos y rencores, entran en un juego interminable de
cobrarse cuentas pendientes, que hace infelices a toda la familia. Porque el
simple hecho de estar recordando cosas negativas, la amargura revive.
Un elemento importante, en la pareja, para
lograr la felicidad y tener buena comunicación, es: “Saber perdonar”. Como dice,
en el folleto “Crisis en la pareja” de “CPTLN”: “Perdonar es abrir una válvula de escape para permitir la salida del
veneno acumulado por el rencor y el resentimiento.” ¡Que hermoso es
perdonar! Recuerdo las palabras de Cristo, en la cruz: “Padre perdónalos, porque no
saben lo que hacen.” (Lucas 23:34). Al perdonar, ayudamos a quien nos
ofendió a ser libre de culpa, pero esencialmente nos ayudamos a liberarnos de
ese recuerdo, de esa manera expulsamos el veneno del rencor, porque, por el
perdón nos deshacemos de los sentimientos negativos y recuperamos el equilibrio
y la paz interior en nosotros.
En toda relación con otras personas se
generan desacuerdos y aun problemas, molestias y enojos, pero eso no quiere
decir que debe quedar cuentas pendientes, en nuestra vida. Si guardamos cuentas
pendientes en nuestra vida, habrá dificultades y malos entendidos, incluso problemas
graves de relación. Si no se perdona, la relación se desgasta y aumenta el
dolor; la infelicidad resulta la principal consecuencia.
A continuación, algunos textos de la
Biblia que nos enseñan del perdón:
“El que perdona la ofensa cultiva el
amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos.” (Proverbios
17:9) (NVI).
“Más bien, sean bondadosos y compasivos
unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en
Cristo.” (Efesios
4:32) (NVI).
“Quien encubre su pecado jamás prospera;
quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.” (Proverbios
28:13) (NVI).
Y cuando estén orando, si tienen algo
contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les
perdone a ustedes sus pecados.” (Marcos 11:25) (NVI).
Esta palabra “perdón” es muy importante
para vivir en paz en el matrimonio, es como el amor, simplemente se da como un
regalo, sin condiciones, sin esperar nada a cambio. La palabra de Dios, nos
aconseja: “Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos,
los insultos y toda clase de maldad. Sean buenos y compasivos unos con otros, y
perdónense unos a otros, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (Efesios
4:31-32).
Quien practica el perdón, recibe paz,
amor y felicidad. En la pareja y la familia hay mucha bendición de Dios.
Porque, de ese ser Supremo llamado DIOS, viene el amor y el perdón. Amén.
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