¡ATENTOS A LAS SEÑALES!
¡ATENTOS A LAS SEÑALES!
No es normal la avalancha de catástrofes
naturales, cada vez más frecuentes. En fracción de segundos pueblos enteros son
borradas del mapa. Estamos presenciando riadas, mazamorras e inundaciones en
varios lugares de nuestro país. Decenas de vidas desaparecen… A nivel mundial,
escuchamos mucho más dolorosas noticias, de desastres naturales. Según un
informe de IPCC, instituto relacionado con las Naciones Unidas, el
calentamiento global, de continuar como viene haciendo, podría exterminar a una
cuarta parte de todas las especies de plantas y de animales de la tierra para
el año 2050.
Este mismo informe asegura que si todo
el hielo de la zona antártica se derritiera, el nivel del mar aumentaría
aproximadamente 61 metros. Aterrador, si se tiene en cuenta, dice que un
aumento de sólo 6 metros sumergiría Londres, Nueva York y todas las capitales próximos
al mar.
(Climate Change 1995: The of Cimate Change. Contribution
of Working Group I to the Second Assessment Report of the Intergovernmental
Panel on Climate Change (Cambridge University Press, 1996)).
Las previsiones de fenómenos atmosféricos
que amenazan la seguridad del planeta son cada vez más aterradoras. Algo parece
haber salido de su control. No es alarmismo. Algo que está fuera del control
humano, se aproxima. De otro modo, ¿cómo explicar tantas catástrofes naturales,
tanto dolor y tanta desesperación? En fin, ¿qué pensar ante decenas de
inundaciones, terremotos, incendios, volcanes que entran en erupción después de
años, huracanes, etc…? Mezclando sangre y lágrimas, el ser humano ve pintado
delante de sí un cuadro de terror, desolación y muerte.
Por otro lado, tampoco es normal la
confusión existencial que el ser humano padece. Anda perdido y comete cada
atrocidad, que da miedo. ¿Cómo explicar que personas destruyan vidas y sueños
sin piedad? ¿Por qué el ser humano, la más inteligente de las criaturas, es
capaz de realizar barbaries como matar sin piedad, a personas inocentes, como
pasó, estos días, en Oruro - Bolivia? ¿Qué esconde el hombre de nuestros días
en la maraña de su mente? ¿Por qué unas veces es tierno y solidario y otras
veces tan salvaje y cruel?
El descontrol de una naturaleza
enloquecida, las acciones perversas del propio hombre, las guerras desquiciadas
y sin sentido. El hombre sin Dios, se va al precipicio de la destrucción… Pero,
detrás de la cortina de los hechos algo se aproxima. Irremediablemente,
silencioso, con pasos firmes. El simple espectador lo desconoce; sin embargo un
Libro lo registró hace ya muchos siglos atrás: ¡La Biblia, la palabra de
Dios!... “LA VENIDA DE CRISTO ES EVIDENTE.”
Jesús dijo: “De la higuera aprended la
parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el
verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas,
conoced que está cerca, a las puertas.” (Mateo 24:32-33). ¿Qué es lo
que “está cerca”? ¿A qué se refería Jesús cuando pronunció estas palabras? La
respuesta a estos interrogantes es obvio: CRISTO VIENE A RECOGERNOS. Este
mensaje puede cambiar el rumbo de la historia de tu vida. De tus luchas, tus
dramas y tragedias.
“Estando Él sentado en el monte de los
olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán
estas cosas, y que señal habrá de tu venida y del fin del siglo?”. (Mateo 24:3). A
la pregunta de sus discípulos, Jesucristo les dijo, que se aproxima el momento
supremo. La hora crucial del fin de todas las cosas… El Señor Jesús les diseña un cuadro de la situación mundial
que precederá a su retorno a la tierra. Les habla de guerras, rumores de guerras,
terremotos, falsos cristos, persecución, hambrunas y todo tipo de calamidades (Mateo
24:5-8).
La humanidad necesita saber hoy, con
urgencia: “Jesucristo viene a recogernos...” Estamos en el comienzo de los
sufrimientos, nada sucede por casualidad. Todo esto fue escrito y anunciado en
las Sagradas Escrituras. Las señales del regreso de Cristo, presentadas en la
Biblia, son una descripción fiel de lo que sucede en nuestros días. Un retrato
del mundo actual y sus constantes luchas contra los desvaríos de la propia
humanidad, y contra la furia enloquecida de una naturaleza que no soporta más
las agresiones del hombre y se rebela.
Al observar lo que sucede a nuestro
alrededor percibimos que ya es de noche en nuestro planeta. Bastante de noche.
Noche oscura. Las tinieblas que nos rodean asustan, pero son la evidencia de
que el Rey ya vuelve. No hay que temer. Después de la noche siempre viene el
día. Cuanto más densa la oscuridad, más cerca el nuevo día: “Ustedes
también tengan paciencia y manténganse firmes, porque muy pronto volverá el
Señor.” (Santiago 5:8). “Pero el día del Señor vendrá como un
ladrón. Entonces los cielos se desharán con un ruido espantoso, los elementos
serán destruidos por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella,
quedará sometido al juicio de Dios.” (2 Pedro 3:10).
La noche de este mundo está cada vez más
densa. Hay dolor, tristeza y muerte a nuestro alrededor. Hay injusticia,
miseria y hambre en torno a nosotros. A veces da la impresión de que todo está
perdido. ¡NO es verdad! La noche de este mundo acabará pronto. El sol de un
nuevo día ya despunta en el horizonte. El Señor Jesús viene a buscarte: “He
aquí, Yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.” (Apocalipsis
3:11). Jesucristo dice: “…CIERTAMENTE VENGO EN BREVE…” Y
nosotros le decimos: “… Amén; sí, ven, Señor Jesús.” (Apocalipsis 22:20).
Hoy Jesucristo te dice: “VEN A MÍ,
confía en mí para atravesar las horas de la oscuridad que todavía restan…” ¿Qué
harás? ¿Aceptarás su invitación? La respuesta es solo tuya. Jesucristo nos dejó
unas palabras de ánimo: “No se angustien ustedes. Crean en Dios y
crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si
no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después
de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para
que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar.” (Juan
14:1-3). Dice el Señor que tenemos que prepararnos para recibir ese hermoso
día: “…
Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el
hijo del hombre vendrá.” (Lucas 12:37-40).
No temas Dios te ama, Él envió a Su
único Hijo para morir en la cruz, canceló nuestra deuda: “Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquél que en Él cree, no
se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan 3:16). Por este sacrificio,
tenemos una esperanza viva, para esperar la segunda venida de nuestro Salvador,
que nos ama más que cualquier otra persona en este mundo. Amén.
Gloria Dios.
ResponderBorrarEsperamos gozosos ahí venida.
Hijita, tenemos que estar preparados, nunca por ningún motivo nos alejaremos de nuestro Salvador Jesucristo. Muy pronto vuelve otra vez... Esta vez a recogernos.
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