LA AMISTAD DEL MUNDO ES MUERTE
LA AMISTAD DEL MUNDO ES MUERTE
Ya estamos cerca de las fiestas de
“carnaval”, el enemigo hará de las suyas con mucha gente; hay un peligro escondido
para los cristianos, algunos sufrirán la caída en la trampa del engañador...
Personas que conocemos que son aparentemente educados, sabios y con vasto
conocimiento, se disfrazarán de muchas máscaras, especialmente personificando al
mismo enemigo de Dios, con la careta del diablo. Adorarán abiertamente al
diablo, con el nombre del dios “momo”.
La palabra de Dios, dice: “¿Que
parte tiene el creyente con el incrédulo?... por lo cual, salid de en medio de
ellos, y apartaos, dice el Señor.” (2 Corintios 6:15-17).
Si por su gracia Dios nos eligió, nos
separó del mundo, y nos llamó a ser sus discípulos y amigos, para vivir en su
bendita y santa comunión, ¿por qué defraudar nuestra amistad con nuestro Señor
Jesucristo? ¿Qué razón convincente habría para traicionar a nuestro amigo? ¡No
hay razón alguna para traicionar a nuestro Señor! Entonces sigamos a la verdad (Jesús),
quien nos da bendición y paz, lo haremos con decisión sincera, a ser fiel a
Dios. El Señor, no quiere una conducta doble, una existencia dividida entre
Dios y el mundo, entre Cristo y Belial (2 Corintios 6:15).
En esos días, será muy difícil para
muchas personas. Pero, para los que están con Jesucristo, no temeremos a
cualquier tentación que venga: “No temas porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan
contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que
contienden contigo.” (Isaías41:10-11)
¡Nuestra decisión es muy importante! Porque, no podemos dividirnos y compartir nuestro amor que pertenece a Dios. Si tenemos que dejar las actividades pecaminosas del mundo, tenemos que hacerlo. Cristo es uno, y el mundo es otro. La amistad de Dios es una cosa, y la amistad del mundo, es otra. Jamás podremos unirlas. ¡Entonces, tenemos que decidirnos! ¿De qué lado estamos?
Tal vez para algunos, sea demasiado
difícil seguir a Jesús y renunciar a la amistad del mundo. Si es así, ¿no sería
mejor dejar de vacilar y elegir uno de los dos?... Es mucho mejor entregar nuestra
vida a Jesús y descansar en Él. Porque si dividimos nuestro amor entre Cristo y
el mundo, vamos a perder la bendición de Dios. Al dividir nuestro amor, perderemos
todo. No podremos disfrutar plenamente de la amistad de Dios. Y menos aún
disfrutar el gozo celestial en la eternidad.
Pero ¿Cómo y dónde debemos separarnos
del mundo impío?... Sabemos que ya somos regenerados y separados del mundo, en
cuanto se refiere a la mente y corazón. En lo espiritual, ya tenemos otros
pensamientos en nuestra cabeza, y otros deseos en nuestro corazón; por lo cual,
no tenemos parte ni lugar en esas actividades del carnaval. ¿Qué tenemos que
hacer? ¡Escapar!
A continuación vamos a ver recomendaciones,
en la palabra de Dios:
“Someteos, pues, a Dios; resistid al
diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros.
Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros
corazones.” (Santiago
4:7-8)
“Más tú, oh hombre de Dios, huye de
estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la
mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la
cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de
muchos testigos.” (1 Timoteo 6:11-12).
“Por tanto, amados míos, huid de la
idolatría. Como a sensatos les hablo; juzgad vosotros lo que digo.” (1 Corintios
14-15).
“Huye también de las pasiones juveniles,
y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio
invocan al Señor… y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a
voluntad de él.” (2
Timoteo 2:22, 26)
En cuanto a nuestra forma de hablar o
actuar, nuestro comportamiento, nuestras compañías y entretenimientos, tenemos
que elegirlos. Dios nos ha dado libre albedrío para escoger, nadie nos obligará
a participar. Si decimos que amamos a Dios, estoy seguro que vamos a escoger en
primer lugar, a nuestro Señor. Nosotros siendo discípulos de Cristo y templo
del Espíritu Santo, nuestro corazón será un jardín serrado para esas actividades
pecaminosas y abiertas solo para el amado de nuestra alma: JESUCRISTO.
En esos días debemos hacer un pacto con nuestros
ojos, como lo hizo Job (Job 31:1), de no mirar cosas vanas; y un pacto con nuestra
lengua, de no incurrir en palabrerías ligeras y vulgares. Nosotros, en cambio hablaremos
de las maravillas y bendiciones del Señor, toda vez que se presente la
oportunidad para ello; o de comunicarnos y hablar con nuestro Dios.
Otros, pretendiendo llamarse cristianos,
abiertamente participarán, en la adoración al diablo. De esa manera, pisotearán
los Mandamientos de Dios, pronunciando en vano su Santo Nombre. En cambio, nosotros
debemos resistir y tener el coraje de ser diferente. Debemos temer a Dios y
amarlo tanto, que no deseamos obrar en contra de su voluntad. Me estoy refiriendo
aquí que debemos salir del mundo, más allá de los costumbres, aparentemente
“buenas”, que la gente respetable del mundo practica y reina la maldad, el
odio, la inmundicia, la deshonestidad, etc.
DIGAMOS "NO" A COSAS MALAS QUE NOS DAÑAN |
Si se nos presenta una compañía o un
entretenimiento aparentemente disfrazado de inocencia, examina primero según la
palabra de Dios. Porque, puede ser contrario a las enseñanzas del Espíritu
Santo, donde el Señor no estaría presente, ni participaría en esa actividad. Entonces
huye de esa compañía o de ese entretenimiento. Aquí el Señor en su palabra nos
dice: “No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más
bien reprendedlas. (Efesios 5:11).
No quiero decir que nos alejemos de
todas nuestras amistades. Lo que quiero decir es que huyamos de sus pecados. Me
refiero a las situaciones en que en estas fechas de carnaval, debemos elegir actividades
sanas y compañías que edifican para bien. Mejor es apartarnos y no participar,
con los que están contra nuestro Señor. Algunos podrán decir que esto es
despreciar nuestra cultura. Pero, ¿es así? ¡No es así! Conocemos muy bien que, en
estas actividades disfrazadas aparentemente de “buena cultura”, es nada menos
una idolatría, en contra de nuestro amado Salvador Jesucristo.
¿Acaso no debemos amar a todos nuestros
semejantes? Sí, es verdad. Pero, el cristiano debe amarlos como los amó el
Señor. Jesucristo amó a todos, ofrendó su vida por amor (Juan 3:16). Lo mismo es
nuestro amor por nuestro prójimo. En esos días de carnaval, participar con
ellos en contra de Dios, sería ser cómplice de llamar bueno lo que es malo, y
malo lo que es bueno (Isaías 5:20).
Imaginase si los discípulos de Cristo
hubiesen hecho estrecha relación, con los escribas y fariseos, participando en
sus actividades, aunque fuese sólo de vez en cuando. ¿Habrían sido leales a
Jesús? ¡De ninguna manera! Judas lo hizo, y el resultado fue que traicionó a su
Maestro y lo entregó a sus enemigos. Quien prefiere calentarse al fuego con los
enemigos de Cristo, debiera pensar adónde condujo eso a Pedro. (Marcos 14:54).
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