PAPÁ: Un título lleno de valor
PAPÁ: Un título lleno de valor
Cuando pienso en aquellos grandes
hombres que dejan huellas imborrables, me refiero a aquellos papás responsables
y luchadores, que nunca han tirado la toalla, para alejarse y escapar de la
responsabilidad de su familia, a pesar de dificultades y problemas. Se han
esforzado por el bien de su familia, para que no les falte el sustento material
y lo más importante, lo espiritual. Han guiado a su familia a los pies de
Jesucristo, para enfrentar con fortaleza las dificultades y adversidades de la
vida.
La palabra de Dios dice: “Honra
a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean
prolongados tus días, y para que TE VAYA BIEN sobre la tierra que Jehová tu
Dios te da.” (Deuteronomio 5:16). Honrar es respetar, enaltecer, premiar su mérito, dar
honor y renombre. Eso es lo que deberíamos hacer como hijos,
alegrarles la vida con nuestra obediencia. La promesa de Dios sobre este
mandamiento es, vida prolongada y nos irá bien en esta tierra.
Como papá y abuelo, no puedo
estar sin pedir a Dios en oración; mi deseo ferviente, es que mi Dios
Todopoderoso, siempre los tenga en sus manos y nunca les falte la bendición de
Dios. A pesar de mis debilidades, me revisto de fortaleza, para seguir luchando,
seguro que haré hasta el último día de mi vida. Porque, en ellos tengo el
precioso regalo de Dios, por quienes lucho, eso me hace feliz. Como Job lo
hacía por sus hijos: “… y se levantaba Job muy de mañana a
presentar sacrificios conforme al número de todos ellos (hijos), pues decía
Job: “Tal vez mis hijos pecaron y blasfemaron contra Dios en su corazón”. De
esa manera hacía Job siempre.” (Job 1:5).
Esos
grandes hombres que luchan cada día por su familia, ellos serán referencia y de
mucha ayuda en el futuro. Serán recordados por su ejemplo. Recuerdo con
alegría a mi amado padre, en mi ha dejado una huella imborrable, él ha influido
poderosamente en mi vida.
Quién soy, y cómo me comporto es
gracias a lo aprendido de él, hoy recuerdo con admiración y respeto, no estoy
diciendo que nunca ha tenido fallas, al contrario, como seres humanos, seguro
que ha tenido errores y a pesar de ello, ha marcado una profunda huella en mí y
en las decisiones que he tomado.
Estimado lector, no importa si tu
padre estuvo o aún está en tu vida presente, él te dio un regalo valioso: la
vida. Haz que la tuya sea mejor, no cometas los mismos errores que pudo haber
cometido él, sigue el buen ejemplo que te dio. No olvides nunca, él es un
regalo de Dios en tu vida, su recuerdo permanecerá hasta que dejes de existir
en esta vida.
Escuchar y tratar de entender el
significado, el porqué de las acciones y palabras, nos han enseñado a apreciar
las cosas de diferente manera, aunque en esos momentos hemos considerado como
necedades o simples y superficiales regaños, ahora con el tiempo que ha pasado,
podemos ver con mucho valor y llenas de sabiduría, lecciones irremplazables por
nuestro bien, ahora más que nunca, cuando nosotros mismos las reproducimos en nosotros,
nos damos cuenta de lo profundo que significa dejar huellas en la vida.
Estos
grandes hombres, hacen lo que es necesario por sus hijos. Por eso, vale la pena
apreciar ese sacrificio. Cada día se acerquen a los queridos “viejos”, les den
un fuerte abrazo, no siempre estarán con nosotros, quizá mañana ya no los
tengamos a nuestro lado. Reconozcamos el amor, cariño, dedicación y cuidado que
han tenido con nosotros.
Cada
día deberíamos reconocer como instrumento que Dios ha puesto para bendecirnos. Pese
a sus errores y defectos siempre han estado a lado nuestro con sus consejos, oraciones,
y su amor. ¡Los papás son seres maravillosos, Dios nos lo ha dado! (Juan 3:16:
Salmos 13:1-6)
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