¡EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS VENDRÁN DÍAS DIFÍCILES!
¡EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS VENDRÁN DÍAS DIFÍCILES!
Esta mañana al bajar, de mi casa a la ciudad, en el coche conversamos con mi nuera, de la situación preocupante que estamos pasando en estos últimos tiempos. Los días pasan con mucha rapidez, no hay tiempo para nada. Hasta la naturaleza ha cambiado, ya no es como antes, hay sequías en diferentes lugares, no llueve; si llueve, lo hace con granizada que destruye todo.
Señales contundentes en el comportamiento de la
humanidad, el hombre cada día que pasa se deshumaniza más, ya no es como era
hace treinta años atrás. No hay amor, no hay ese afecto fraternal, no hay
compasión. Escuchando las noticias nos damos cuenta que pasan cosas malas y nos
alarma en gran manera; por ejemplo, un padre que descuartiza a su propio hijo
(Noticia Bolivisión 1 de Noviembre 2017).
La palabra de Dios, dice: “También debes saber que en los tiempos últimos vendrán días difíciles.
Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos.
Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no
respetarán la religión. No tendrán cariño ni compasión, serán chismosos, no
podrán dominar sus pasiones, serán crueles y enemigos de todo lo bueno. Serán
traidores y atrevidos, estarán llenos de vanidad y buscarán sus propios
placeres en vez de buscar a Dios. Aparentarán ser muy religiosos, pero con sus
hechos lo negarán el verdadero poder
de la religión.” (2 Timoteo 3:1-5) ¿No le parece que estamos en esos
tiempos?
También en Mateo 24:12, nuestro Señor Jesucristo
hablando de los finales de los tiempos, decía: “Habrá tanta maldad, que la mayoría dejará de tener amor hacia los
demás.” Realmente vivimos en esos tiempos difíciles, lamentablemente si no
eres tú el causante de conflictos, otras personas lo hacen. Sabemos que, estos conflictos
nos roban la felicidad y el disfrutar de esta vida.
Los siguientes textos nos muestra el
verdadero origen de todos los conflictos que vienen al ser humano:
El
orgullo.
En Proverbios 13:10, dice: “El orgullo solo provoca peleas...” Uno
de los muchos causantes de los conflictos, es el orgullo.
La
ambición. Proverbios
28:25 “El que mucho ambiciona, provoca peleas…” También la ambición
nos lleva a serios conflictos.
Los
insultos.
Proverbios 30:33 “… si irritas a otro, acabarás en una pelea.” Y qué de las
bromas pesadas y palabras irritantes, seguro que nos conduce a los conflictos
inesperados.
Todos estos móviles para los conflictos,
se originan en el centro mismo del ser humano, en el corazón. Santiago 4:1 “¿De dónde vienen las guerras y
las peleas entre ustedes? Pues de los malos deseos que siempre están luchando
en su interior.” Habrá peleas, guerras y problemas, si en esas vidas
hay ausencia de Dios.
Hay innumerables razones para que haya
conflictos, algunas de las más comunes podemos citar: el orgullo, la codicia y
el enojo. Estos aspectos de nuestra naturaleza humana pecadora nos ponen en
conflicto con otras personas.
¿Cuál es la solución para el conflicto?
La respuesta es Dios, “…
porque Dios es amor” (1 Juan 4:7-8). Si permitimos que Dios gobierne
nuestras vidas, ahí tenemos una efectiva ayuda: El verdadero amor viviendo en
nosotros, nos permite actuar de diferente manera. Tenemos una bonita promesa,
en Salmos 55:18: “En las batallas me librará; me salvará la vida, aunque sea muchos mis
adversarios.” Es ir en busca de esa ayuda, porque separados de Dios no
podremos hacer absolutamente nada (Juan 15:5).
Nosotros somos el problema, porque no
permitimos que entre en nosotros el AMOR (Dios). Pero, si acudimos en este
momento, “Pues nuestro sumo Sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad…
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que Él
tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.”
(Hebreos 4:16). Necesitamos la intervención urgente del Todopoderoso.
Cuando el Señor gobierna nuestras vidas,
las decisiones que tomamos, no serán egoístas. Actuaremos con la misericordia y
amor de Dios y cuando vienen conflictos a nuestras vidas, actuaremos con
rectitud. Los siguientes textos de la Biblia nos muestra ese ejemplo.
Génesis 13:8-9 “Así que un día Abraham le dijo a
Lot: Tú y yo somos parientes, así que no está bien que haya pleitos entre
nosotros, ni entre tus pastores y los míos. Ahí está toda la tierra, para que
escojas. Por favor, sepárate de mí…” Abraham toma la iniciativa para
manejar y, en lo posible, resuelve los
conflictos sin intereses egoístas. Abraham dio a Lot la oportunidad de elegir,
poniendo la paz en la familia por encima de los deseos personales.
Génesis 26:21-22 “Después sus siervos abrieron
otro pozo, por el que volvieron a pelear, y a ese pozo Isaac lo llamó
“enemistad”. Isaac se fue lejos de allí, y abrió otro pozo. Como ya no pelearon
por él, lo llamó “Libertad”…” Otro ejemplo de Isaac, cuando deja que
Dios gobierne su vida, resuelve el conflicto con humildad, con un deseo de que
haya paz, más que una victoria personal.
Hechos 15:37-39 “Bernabé quería llevar con ellos
a Juan, al que también llamaban Marcos; pero a Pablo no le pareció conveniente
llevarlo, porque Marcos lo había abandonado en Panfilia y no había seguido con
ellos en el trabajo. Fue tan serio el desacuerdo, que terminaron separándose:
Bernabé se llevó a Marcos y se embarcó para Chipre.” Entre un conflicto
es importante mantener el enfoque centrado en el problema, no en las personas.
En esta circunstancia, pareciera que Bernabé entendió esto. Mientras Pablo
seguía preocupado por la deserción de Juan Marcos.
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