SABIDURÍA DE LO ALTO
Muy buenos días y
muchas bendiciones del Señor. Hoy Dios ha puesto en mi corazón, compartir con
ustedes, sobre esta palabra mágica: “LA SABIDURÍA”. Muchas veces he escuchado
esta pregunta: ¿Por qué algunas personas profesionales,
aparentemente más educados, de buenos modales, etc. dañan a su prójimo,
sin tener ningún temor, hacen peor que las personas que consideramos de poca
educación? Pondría muchos ejemplos de la vida, seguramente usted ha visto, uno
de ellos, ¿Verdad?
La respuesta es
muy sencilla, quien tiene a Cristo en su corazón es una persona que tiene
sabiduría de lo alto: “El Señor da sabiduría a los hombres rectos,
y es el escudo de los que viven con rectitud.” (Proverbios 2:7). El sabio
Salomón con la experiencia que le caracterizaba recomienda: “No
seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor y apártate del mal. Él será
medicina de tu cuerpo; ¡infundirá alivio a tus huesos!” (Proverbios
3:7-8). Mi propia opinión siempre querrá exaltar mi orgullo y acomodar la
palabra de Dios a mis razonamientos y eso nos lleva a serios problemas, y el estrés
trae algunas enfermedades. Pero acudir al Señor es tener sabiduría de lo alto y
aún tener buena salud.
Cuando leo la
palabra de Dios, mi corazón se regocija en gran manera, dice: “Cuando
el justo habla, imparte sabiduría; con su lengua proclama la justicia. En su
corazón habita la ley de su Dios; por eso sus pies nunca resbalan.” (Salmos
37:30-31). Entonces, ¿a quién tenemos que ir en busca de sabiduría? A nuestro Señor
Jesucristo. Él está con brazos abiertos para ayudarnos.
Si no has recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo
hagas. Recuerda que, tomados de la mano de nuestro Salvador Jesucristo, es emprender
el viaje de la vida seguro y maravilloso. Recuerda siempre, sin Dios estamos
perdidos (Juan 15:5).
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