CONSECUENCIAS TRAUMÁTICAS DEL DIVORCIO

Un gusto de saludarle, muy buenos días y muchas bendiciones de Dios. Hoy quiero compartir, sobre un tema muy importante: “EL DIVORCIO”. Si estás  pensando en esta opción o ves a alguien con planes del divorcio, quiero que se pregunten: ¿Es correcto lo que estoy haciendo? ¿Habrá alguien que va a ser más perjudicado por esta decisión? ¿Qué pasará  en el futuro, después del divorcio?

Entonces comenzamos con el tema: Aunque la desgracia viene para los que se van a divorciar, pero, los más perjudicados con el divorcio son los hijos, no solo aquellos que están en una edad tierna, sino incluso los jóvenes. Aunque los hijos estén jóvenes experimentan una confusión de sentimientos que incluyen sensación de vacío, desaliento, desilusión y rabia.

Los hijos jamás imaginan que la relación de sus padres terminara en separación. ¿Cómo les recordará en el futuro? ¿Qué responderán cuando pregunten a sus hijos de sus papás? ¿Cuál será la solución? ¿La solución es no contraer matrimonio? Muchos piensan así. Optan por la unión libre, si en un determinado tiempo no funciona la relación, se separan.

La palabra de Dios, es claro y contundente: “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. (Mateo 19:6), Dios bendice la unión, bendice cuando permanecen en ese pacto. Si es así, nadie puede separar. Porque, el primer testigo del matrimonio es la persona más importante, Dios. Su palabra dice: “Jehová a atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.” (Malaquías 2:14). La lealtad es tan en el matrimonio. Por eso, la palabra del Señor recalca con esta recomendación: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mansilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4). Esta unión santa, esta institución sagrada, llamada: “Matrimonio”, está en extinción. Aunque Dios da una opción de separación por causa de la fornicación: “… el que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casa con la divorciada, comete adulterio.” (Mateo 5:32). Pero, no es el camino correcto.
Oseas dijo: “Vuélvete al Señor y, con las mejores palabras suplicantes dile: No te fijes en nuestra maldad; mira lo bueno en nosotros; la ofrenda que te traemos sean las palabras de nuestros labios.” Arrepiéntete y vuelve a Dios. Hay una esperanza para aquellas personas que se encuentran en planes del Divorcio, Dios perdona y hay solución. Por querer buscar lo mejor, caen en lo peor.

Quiero que respondan a estas tres preguntas:
1.      ¿Quién creó el matrimonio? (Génesis 2:18)
2.      ¿Quién unió a la pareja en matrimonio? (Génesis 2:24)
3.      ¿Podrá el hombre separar esta unión? (Marcos 10:9)

Entonces, ¿a quién tenemos que ir en busca de ayuda? Piense en su vida, en los hijos que han venido como fruto de esta relación, y lo traumático que puede resultar para usted y su familia, un divorcio. Dios debe guiar todo el proceso del matrimonio. Él es quien lleva a feliz término nuestra relación.

Si no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Recuerde que, tomados de la mano del Salvador, emprendemos el maravilloso camino hacia el crecimiento personal y espiritual. No se arrepentirá de tomar esta decisión. Sin Él estamos perdidos (Juan 15:5).

DICCIONARIO
Adulterio. Ayuntamiento carnal voluntario entre persona casada y otra de distinto sexo que no sea su cónyuge.
Fornicar. Tener ayuntamiento o cópula carnal fuera del matrimonio. 

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