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Mostrando las entradas de noviembre, 2021

¡LOS AFANES DE ESTA VIDA, PUEDEN AHOGAR NUESTRA FE!

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  ¡LOS AFANES DE ESTA VIDA, PUEDEN AHOGAR NUESTRA FE! Hace años atrás un hermano de la iglesia llamado Pedro, fiel a Dios, pidió al pastor una oración: - “Por favor quiero que oren por mí. Se ha presentado una oportunidad para comprar un pequeño camión... Mi promesa es, si necesita la iglesia, ¡mi camión estará a su disposición… oren por favor para que se haga realidad!” Los hermanos empezaron a orar, rogar a Dios, que conceda la petición del hermano… A poco tiempo, se dio la posibilidad y ya tenía el camión … Se puso a trabajar como “Servicio rápido”, para trasladar mudanzas y algún encargo de carga pequeña. El primero, segundo y tercer domingo asistió como siempre fiel a la iglesia, el cuarto domingo faltó. Este domingo el pastor dejó pasar y el quinto domingo tampoco asistió a la iglesia… Y el lunes, preocupado el pastor va a visitar. Cuando llega a la casa del hermano, el pastor le expresa su preocupación, porque había faltado a la reunión de la iglesia, y la respuesta fue: “Los d

¿COMO PUEDE SER, QUE UNO SE CONVIERTE EN PERSONA NUEVA?

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  ¿COMO PUEDE SER, QUE UNO SE CONVIERTE EN PERSONA NUEVA? Una mañana al leer el devocional: “Cada día con Dios” de Rosenius, recibimos un mensaje hermoso, de parte de Dios, que nos recordó que somos personas nuevas. Nos alegramos en gran manera al sentirnos personas especiales, por el milagro tan grande que Dios ha hecho en nosotros, solo por los méritos de su amado Hijo Jesucristo… Apocalipsis 21:5, dice: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”. Las “cosas nuevas” que el Señor crea en nosotros por medio del Evangelio, demuestran que nacimos del Espíritu; y que somos nuevas criaturas (Juan 3:3-5) … Como ilustración comparto una anécdota: Una vez una mujer fue presentada a un predicador, con las siguientes palabras: - “ ¡Esta es la señora María, una mujer de mucha fe!” - La señora María, miró al presentador con una mirada de disgusto, e inmediatamente dijo: “Se equivoca usted. Soy una mujer de poca fe, pero tengo un gran Señor que se llama Jesús. Él es todo para mí. Él es mi Salvador

¡OH DIOS! ¡TEN COMPASIÓN DE MÍ, SOY PECADOR...!

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  ¡OH DIOS! ¡TEN COMPASIÓN DE MÍ, SOY PECADOR...!   La historia que quiero compartir como introducción, se encuentra en Lucas 18:9-14, en Nueva Traducción Viviente, relata de la siguiente manera: “Luego Jesús contó la siguiente historia a algunos que tenían mucha confianza en su propia rectitud y despreciaban a los demás: Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro era un despreciado cobrador de impuestos. El fariseo, de pie, apartado de los demás, hizo la siguiente oración: “Te agradezco, Dios, que no soy como otros: tramposos, pecadores, adúlteros. ¡Para nada soy como ese cobrador de impuestos! Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”. En cambio, el cobrador de impuestos se quedó a la distancia y ni siquiera se atrevía a levantar la mirada al cielo mientras oraba, sino que golpeó su pecho en señal de dolor mientras decía: “Oh Dios, ten compasión de mí, porque soy un pecador”. Les digo que fue este pecador—y no el fariseo—quien regresó a su