¿ES ABURRIDO PARA TI EL EVANGELIO?
¿ES ABURRIDO PARA TI EL EVANGELIO?
Un padre de familia preocupado se quejaba que su hijo menosprecia el Evangelio y para despistar el reclamo de su padre, acomoda la discusión a su manera con frases elegantes y convincentes a la razón humana.... Este muchacho, no confía por completo en la Biblia, porque los que han escrito son hombres falibles… Para confirmar su argumento, el muchacho menciona que: “Hay tanta mentira en el mundo, nada es de confiar.” También pone como ejemplo la historia de nuestro país: “En el colegio nos cuentan una cosa y después descubrimos que, todo lo que nos han enseñado es una mentira o verdad a medias…”
Muchos como este joven han empezado a desconfiar de la Biblia, pensando que es invento de hombres o en su caso, han encontrado en internet una información contraria a la Biblia, han sido más confundidos todavía; en vez de buscar una información verdadera en la palabra de Dios, han ido a un lugar equivocado... Con razón la Biblia dice en Oseas 4:6: “Mi pueblo no ha querido reconocerme como su Dios, y por eso se está muriendo…” (Traducción en lenguaje actual).
Por una parte, lo que les impide o lo que les lleva a pensar así, es también por aquellos llamados “cristianos” que han perdido el horizonte, dicen una cosa y con los hechos demuestran lo contrario; mayormente enseñan que tienen que hacer algo para ser salvos (doctrinas humanas)... Los afligidos que necesitan descansar, reciben más carga sobre ellos, dejándolos a la deriva y más confundidos.
Pero, ¿Qué dices tú? ¿también estás confundido? Por lo cual, ¿estás pensando seguir tu propio camino, dejando a un lado lo que dice Dios para tu vida? ¿No sabes que, con esa actitud te estás acercando peligrosamente al castigo eterno?.... Justamente el veintisiete de Marzo hemos leído el devocional de Rosenius; él toma el texto de Hebreos 2:3, dice: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” ¡Qué explicación más acertada de Rosenius! Trataré de resumir lo que hemos leído, quiero compartir con ustedes, sé que muchos no tienen este devocional en casa:
¡DIOS ES AMOR! (1 Juan 4:16). No hay lengua humana o angelical capaz de describir adecuadamente el amor de Dios; ese amor sublime de Dios es transmitido a nosotros, por medio de Su amado Hijo (Jesucristo)... Mientras Cristo no habite en nuestro corazón, no podremos entender. .¡Muchos lo desprecian y se alejan de ella! ¡Cuanto mayor es la gracia de Dios, tanto mayor también es el peligro de perderla por negligencia, desprecio o abuso!...
Quién tiene a Cristo en su corazón, ahí está su infinita justicia y santidad, la bendición es muy grande en esas vidas, en medio de la tormenta sonríen, porque ven la compañía poderosa (Jesucristo) a su lado... ¡Esta gracia tan grande, está en contra de los que no se interesan por ella, ni la buscan, ni la aprecian ni la reciben! ¡Es más terrible, Dios quiera que nunca caigamos en este mal de despreciarla! Su palabra dice: “¡Terrible cosa es caer en las manos del Dios viviente!” (Hebreos 10:31 NBV).
Como dijo Jesús refiriéndose al mundo impío: “Si Yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado” (Juan 15:22). Si la humanidad no se enteraba de la existencia del pecado, podían vivir en su desconocimiento, a su manera y como quieran. Por eso, el Señor dice: “Como ahora conocen qué es el pecado, por lo cual no tienen excusa.”
Por medio de Jesucristo Dios nos habló, Él llegó a nosotros con este mensaje de salvación... Eso es lo que nos dice el apóstol, que la luz vino por medio de Jesucristo y por eso pregunta, conociendo la Luz bendita, “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?”... Por eso, la sangre de Cristo servirá a unos para vida, sabiduría, justicia, santificación y redención; y a otros para juicio y maldición, ¡cómo les sobrevino a los judíos infieles! (Mateo 27:25).
En Hebreos 10:28-29, dice: “El que viola la Ley de Moisés… muere irremisiblemente”, y en seguida agrega: “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del Pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”
¡Nadie ha cumplido al cien por ciento los mandamientos de Dios! La palabra de Dios, dice: “Si ustedes obedecen todas las leyes, menos una de ellas, es lo mismo que si desobedecieran todas.” (Santiago 2:10 TLA). Solo Jesucristo ha cumplido al cien por ciento, en tu lugar hasta ser clavado en la cruz.
¿Cómo despreciar ese milagro? “Pisotear al Hijo de Dios” significa tener poco interés por Él, o que se lo ignora; no buscarlo, ni reverenciarlo, ni prestarle atención; no ser su discípulo, admirador e imitador. Considerar como algo que no nos interesa. En otras palabras, no nos agachamos para alzarlo del suelo. Preferimos pisotearlo.
Por ejemplo, no todos los habitantes de Jerusalén, sobre quienes se descargó el terrible juicio de Dios habían ultrajado y torturado a Cristo; no, algunos hasta lloraron por sus sufrimientos (Lc.19:43-44 ). Sin embargo, todos sufrieron el mismo juicio y castigo, porque no lo habían recibido como su Salvador, ni se interesaron en ser sus discípulos.
¿Qué hace el santo y celoso Dios al que menosprecia a su Hijo y a la voz de su Espíritu? No hace nada más terrible que abandonarlo a su propia voluntad, a que la persona que desprecia dicimuladamente o insolentemente con su actitud y hechos, Dios lo abandona a su suerte, solo en su propio camino, eso es lo que ha querido. Como dice la palabra de Dios: “Pues no tomaron en cuenta los consejos del Dios altísimo y se rebelaron contra él. Por eso Dios los castigó con los trabajos más pesados; tropezaban, y nadie los levantaba.” (Salmos 107:11-12 TLA).
Es el Espíritu del Señor que abandona. El Espíritu de Dios no lo despierta ni lo ilumina más, porque se ha alejado por su propia voluntad; a esa persona ya no le mueve más arrepentirse ni le duele ofender a Dios con su pecado. El Señor lo deja ir por su propio camino, seguir sus propias ideas, cumplir sus propios deseos, sin corrección, sin temor, sin ansiedad por la salud de su alma.
En fin, esta persona que menosprecia a Jesucristo con su actitud, hasta puede sentirse muy a gusto en su pecado. Entonces su mente y sus pensamientos quedan tan entenebrecidos y pervertidos, que emplea todo para su propia destrucción y perjuicio, y todo lo que Dios le dio para que le fuese de bendición, se convierte en maldición, por su desprecio.
Al respecto Rosenius, dice: “Lo que le dio para iluminación, se le convierte en tropezadero; lo que le dio para despertarlo, lo endurece; lo que le dio aliento y eterna felicidad, se le vuelve angustia y condenación. ¡El celo del Señor hace esto! “¡Qué manera de actuar tiene Dios!” -exclamaba un anciano piadoso- “mi corazón se estremece ante la sola idea de que algún día llegue a despreciar su gracia, y por eso clamo sin cesar que me guarde en la fe.”
El Patriarca David, a quien Dios dijo que fue elegido conforme a Su corazón (Hechos 13:22), cuando había caído en un horrible pecado, en su desesperación, exclamó: “... No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo. Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte.” (Salmos 51:1-12 NTV)... Aunque hayas fallado, si reconoces que has ofendido a Dios, corre a los pies de Dios, pide perdón y Él te perdona por medio de Su Hijo Jesucristo, si lo haces así, estás en buen camino.
Lea la explicación que da el propio amoroso Salvador Jesucristo en Mateo 13:10-15 y 11:25, donde declara francamente por qué le hablaba al pueblo endurecido de corazón, en parábolas: “Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado” Y: “Escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y se las revelaste a los niños.” Lo mismo dice en 2 Tesalonicenses 2:10-12: “Por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos... Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”.
Tan terrible puede ser el castigo de Dios contra los que lo desprecian y pisotean la sangre de Cristo. Es inútil luchar contra Dios y es horrible caer en las manos del Dios viviente (Hebreos 10:31). Es preferible quedarse a la derecha del que posee todo el poder en el cielo y en la tierra (A lado de nuestro Salvador Jesucristo).
Quienes lo buscan, aman y siguen serán recibidos con infinita gracia, bondad y fidelidad durante toda su vida. En este momento Jesucristo te espera, para perdonarte y abrazarte nuevamente (Mateo 11:28; Apocalipsis 3:20)... Pero, quienes prefieren su propio camino, ignorando la salvación de Dios, en su hijo Jesucristo, tendrán mucho quebranto: “¿Cómo, pues, escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Pues el mismo Señor fue quien anunció primero esta salvación, la cual después confirmaron entre nosotros los que oyeron ese mensaje.” (Hebreos 2:3 DHH). Amén.
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