LA RECREACION EN LA FAMILIA

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"LA RECREACIÓN EN LA FAMILIA"

Cada persona tiene bonitos recuerdos de su familia, momentos inolvidables... Recuerdo esos días maravillosos que pasamos con mis amados hijos, momentos que no se pueden olvidar. Para nosotros fue muy importante la recreación en familia. Salíamos al campo a pasear, o en su caso, viajamos a otro lugar para disfrutar en familia.

Uno de los recuerdos hermosos que quedan en mi mente fue, cuando visitábamos a las congregaciones distantes al pueblo, donde trabajé. Me aventuraba ir a esos lugares en moto, con mis tres hijas pequeñas o con mi hijo mayor, a treinta y más kilómetros de distancia. ¡Qué momentos bonitos, momentos que quedan en el recuerdo!

Una familia que sabe divertirse unida, también conoce el secreto de crecer unida, porque una familia dividida no permanece. En Marcos 3:25, dice: “Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.” La familia tiene que mantenerse unida:Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito. (1 Corintios 1:10) (NVI)

Cada vez que miramos el álbum de fotos, nuestros pensamientos se trasladan a esos momentos maravillosos, nos alegramos y damos gracias a Dios, por regalarnos esos días de tanta alegría… Nuestros hijos hacen lo mismo con su familia. Con razón la palabra de Dios, dice: “Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía... porque allí envía Jehová bendición…” (Salmos 133:1-3)

Hablar de este tema en los tiempos actuales, en que la familia como institución está en crisis, puede parecer extraño, pero, nadie se acuerda de la recreación. Todo es trabajar y amontonar riqueza, a un costo muy alto: El descuido de la familia. Sin embargo la recreación en familia es la mejor forma de ayudar a la familia de hoy para unir y lograr buenas líneas de comunicación, crecer en armonía y desarrollar un ambiente ameno y alegre. La palabra de Dios, dice: Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.” (Deuteronomio 6:6-7) (NVI). En otras palabras, el Señor nos dice que tomemos más atención a la familia.

Pero, ¿qué es la recreación? ¡Crear de nuevo las fuerzas! Comúnmente significa tener un escape de la rutina diaria, hacer algo que uno tiene ganas de hacer y que no sea trabajo; algo que produce placer y a la vez puede distraer la mente. “Seis días trabajarás, pero el séptimo día dejarás de trabajar, para que descansen tu buey y tu asno, y para que el hijo de tu sierva, así como el extranjero renueven sus fuerzas.” (Éxodo 23:12). Recrearse es pasar momentos de alegría con la familia.

Demasiados papás prefieren salir de casa, para estar mayor tiempo del día con amigos, que pasar más tiempo posible con la familia... Para la madre quizás sea más difícil salir de casa, ya que tiene a su cargo el cuidado de los niños y los quehaceres del hogar; por lo tanto la recreación de la mujer, puede limitarse a las telenovelas y una que otra charla con las vecinas. Y los niños, prefieren jugar con los amigos o sentarse ante el televisor o el celular, horas y horas.

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El objetivo de la recreación es utilizar el tiempo libre para recobrar energías dedicándole a alguna actividad que produzca placer y descanso mental, emocional y espiritual ante los rigores de la vida. Necesitamos tiempo, espacio y voluntad para “recargar nuestras baterías”. El Señor practicaba con sus seguidores: “Venid, apartaos de los demás a un lugar solitario y descansad un poco.” (Marcos 6:31). Porque había muchos que iban y venían, y ellos no tenían tiempo ni siquiera para comer.

Dice un autor brasileño, al presentar su obra sobre juegos para despertar interés en la dinámica grupal como medio para dar valor a la recreación: “Todos los seres humanos nos desgastamos con el trabajo y las preocupaciones diarias. Nuestro sistema nervioso se vuelve tenso, y la tensión disminuye la eficiencia en el trabajo y la comprensión con los de más (la familia). Nos irritamos fácilmente. Por esto, necesitamos descanso, recreación, momentos libres para descargar tenciones…” Tiene mucha razón, indudablemente necesitamos, recrearnos para rendir mejor en el trabajo.

Dios mismo nos dejó el mejor ejemplo de cómo disfrutar del descanso. Tras haber creado todo el universo, dedicó un día de la creación, el último, para  descansar. Dios incorporó en su plan original un día de reposo; incluso uno de sus 10 mandamiento tiene que ver con la recreación. El tercer mandamiento, dice: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo al Señor… por que el Señor hizo en seis días el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el día séptimo. Por eso el Señor bendijo el día de reposo y lo declaró día sagrado.” (Éxodo 20:8-11).

Para Dios es tan importante que tengamos momentos de esparcimiento, que hasta los fija y los protege en su santa ley. Por eso, el divertirnos sanamente es algo que agrada a Dios, es muy importante para la familia. En las sagradas escrituras hay un buen número de pasajes en que Dios ordena a la gente guardar ciertas fiestas importantes. Estos eran tiempos de recreación, descanso y júbilo nacional, familiar e individual. Dios quiso  que en todo se acordaran de que Él los había creado, y que siempre deseaba lo mejor para ellos. “Seis días trabajarás, más en el séptimo día descansarás; aun en el tiempo de arar y de segar, descansarás.” (Éxodo 34:21).

En estos últimos tiempos, nuestras familias necesitan alegría, amor, paz, y armonía, hoy es cuando necesitamos renovar nuestra fe en Dios, podemos encontrar en la recreación ese momento para regocijarnos en las promesas de Dios. Este puede ser el primer paso para redescubrir el significado de la recreación familiar. Uno de los lugares que la familia no debería descuidar, la reunión en la Iglesia. El mejor lugar para recrear fuerzas es la Iglesia. La palabra de Dios, dice: “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre…” (Hebreos 10:25) “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.” (Salmos 37:4).

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Nuestra relación familiar sería mucho más rica, si regularmente pudiéramos tomarnos el tiempo para asistir a la iglesia, donde hay la verdadera renovación de fuerzas; para recargar nuestras “baterías” y reactivar nuestras buenas relaciones con los demás; para afinar las cuerdas del maravilloso instrumento que es nuestra vida espiritual, y recibir así, renovadas fuerzas, inspiración y visión. Solo en Dios tenemos las fuerzas necesarias para batallar en esta vida: ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:28-31).

El tiempo pasa muy rápido, los hijos crecen y se van de casa. Sugiero aprovechar y planificar “el recrearnos” de la mejor manera posible. Mi sugerencia es, planificar en familia, donde ir a visitar, que llevar, en que ir, que tiempo estar en este paseo, etc. Puede ser un parque de la ciudad, a donde vamos a visitar o un río, o un campo abierto, un pueblo cercano o donde pueden jugar, disfrutar de la naturaleza, tener la oportunidad de tomar un poquito de sol y respirar aire puro; cocinar o compartir algún refrigerio, juntos. Al final del paseo, es bueno evaluar, para repetir el lugar y la actividad realizada, o en otra buscar otro lugar.


Aunque hayamos descuidado nuestra relación con Dios y hayamos convertido nuestra vida en un desierto lleno de problemas y dificultades, Él nunca ha dejado de amarnos y proveernos el descanso que necesitamos para “reverdecer nuestra vida”. Y más aún, nos da una paz que nadie ni nada más nos puede dar, Jesucristo dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:27); “…Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo28:20). Y es en virtud de este su deseo que nos invita: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados… Yo los haré descansar.” (Mateo 11:28). Amén.

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“Venid, apartaos de los demás a un lugar solitario y descansad un poco.” (Marcos 6:31)

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