Entradas

Mostrando las entradas de diciembre, 2021

¡LLEGÓ NAVIDAD!

Imagen
¡NAVIDAD, FELIZ NAVIDAD!... Cada año el mes de Diciembre se convierte en una época muy importante para toda la humanidad. Gente de todas las razas se alegran recordando el nacimiento de Jesucristo... Un día hace dos mil años atrás, llegó el Salvador como un niño para darnos el verdadero gozo…  Esta mañana hemos leído un hermoso mensaje, en el devocional “CADA DÌA CON DIOS”, de Rosenius. Comparto con ustedes apreciados hermanos, sé que muchos no tienen este libro. Me gustaría que nos pidan, les enviaremos gratuitamente. Voy a comenzar, contándoles una anécdota de dos personas que se encontraban limpiando un establo, en los días de Navidad. Uno de los amigos le cuenta a su compañero, dónde había nacido Cristo Jesús y el compañero le responde: Este no es un lugar para hablar de religión, amigo. ¿Qué fin buscas hablando de religión en un establo? - Protestó. - No es el fin amigo, mas bien es el principio- respondió, y continuó diciendo: -¿Ignora usted que Cristo nació en un establo y durmi

¡DIOS TE AMA... ESTÁS EN SU REINO… DÉJATE AMAR!

Imagen
  ¡DIOS TE AMA... ESTÁS EN SU REINO… DÉJATE AMAR! Estamos en un mes muy importante, un acontecimiento significativo para todos los cristianos: “La Navidad”. Una vez más recordaremos el nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo. Si consideramos al niño de Belén, comprenderemos que Dios nos ama demasiado: “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna.”  (Juan 3:16 NTV),  Jesucristo, el Hijo del Dios Altísimo, vino voluntariamente a ofrendar Su vida por cada uno de nosotros… El mensaje central de la Navidad es: ¡EL INMENSO AMOR DE DIOS PARA LA HUMANIDAD! Nuestra alegría es que: “... ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús…” (Romanos 8:1 DHH). ¡Tenemos paz con Dios solo por ese milagro! ¡NO TE ALEJES, DÉJATE AMAR! Como ilustración les comparto una anécdota de Don Pedro, un veterano y humilde cristiano, que vivía solo, se gozaba únicamente en la bendita compañía de su Salvador